Es natural que nos sintamos desanimados a ratos; después de todo, somos seres humanos... lo importante es que no le demos oportunidad a la depresión para que se quede a vivir con nosotros.
Trucos antitristeza
1) Cuando te levantes de la cama por la mañana, hazlo con calma y sin apresurarte, estira bien todo tu cuerpo, recuerda a los gatos y, sin inhibiciones, estírate bien para oxigenarte y tonificar tus músculos. Prepárate para comenzar bien el día.
2) Relájate por unos 15 minutos. Cierra los ojos y afloja tu cuerpo, no dejes que entren en tu mente pensamientos de temor o preocupación, recuerda algún lugar especial para ti... donde te hayas sentido relajado, seguro, tranquilo... y llénate de esos sentimientos. Luego de unos minutos, suavemente comienza a sentir tu cuerpo, borra esa imagen mental y lentamente regresa, abre los ojos en el momento en que desees hacerlo.
3) Desayúnate aunque no te provoque. Invertir tiempo y energía en prepararte el desayuno o en sentarte a comer, significa que tienes ganas de levantarte y de hacer todo lo necesario para salir de ahí. Recuerda que alimentarte de forma equilibrada te ayudará a recuperar tus energías.
4) Si te es posible camina al trabajo o al supermercado. Esto te ayudará a liberar las tensiones y a establecer contacto con el ambiente natural. La luz y el calorcito del sol, el viento y la gente a tu alrededor te harán desconectar tu cabeza de las preocupaciones. Ve afuera y oxigénate un poco; hablar con otros y verlos vivir, te ayudará a ajustar tu perspectiva acerca de la vida. Además, hacer un poco de ejercicio te ayudará a mejorar tu autoestima, a liberar el estrés y a levantar el ánimo.
5) Mantén tu postura recta. Generalmente, cuando estamos deprimidos o desanimados, tenemos la tendencia a mirar hacia el piso, a encorvar la espalda y hundir los hombros... Vamos, endereza tu espalda, baja los hombros y levanta la cabeza, estira tu cuello, mira hacia adelante, respira profundo, botando el aire por la boca, y sonríe. El mundo es tuyo.
6) Llama a algún amigo o familiar entusiasta, para acompañarte un rato o compartir alguna actividad que te distraiga y divierta. Quedarnos solos cuando nos sentimos desanimados no es lo más aconsejable porque es en esos momentos donde nuestra mente comienza a imaginar todo lo terrible que puede suceder aumentando nuestro temor y desánimo, también hacer cosas buenas y desinteresadas por otros, nos estimula a levantar el ánimo y a recuperar las ganas de vivir.
7) Escuchar tu música preferida también puede ser una herramienta que te ayude a levantar el ánimo. Especialmente si escuchas alguna con ritmo y que te conecte a un momento agradable de tu pasado. La música es un antidepresivo natural.
Toma una hoja de papel, varios lápices de colores y dibuja. Déjate llevar por lo que sientes, sin pensar en cómo lo debes hacer; simplemente, traza líneas de colores. Muchas veces esta práctica se convierte en un liberador de nuestras tensiones y frustraciones.
Es bueno tener presente que no soluciona ninguno de nuestros pendientes pero nos ayuda a recuperar la serenidad y la claridad mental que nos hacen falta para enfrentar y resolver nuestros problemas.
9) ¿Te acuerdas de los tecitos de la abuela? ¿Esas infusiones que nos daban para casi todo lo que sufrimos cuando fuimos pequeños? Prepararte una agüita caliente con alguna hierba aromática te ayudará a sentirte reconfortado y querido por ti mismo; además, te tranquilizará y te ayudará a relajarte un poco. Vamos, suavízate el momento, recuerda que esto... también va a pasar.
Recuerda que no estás solo. La Presencia de Dios te acompaña en todo momento... ¡Siéntela! Practicar la oración consciente o la meditación, te llevará a crear un puente a través del cual puedes comunicarte con El.
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