Podemos florecer ahí donde nos encontramos en este momento; es decir, conectarnos con nuestras cualidades, talentos, experiencias y mejores aspectos de nuestra personalidad para proyectarnos a través del trabajo que realizamos y del servicio
que prestamos a otros en muchos momentos.
Un contacto aparentemente casual puede representar la oportunidad que tenemos
de sembrar un poco de paz, esperanza, motivación, entusiasmo y confianza en la vida de otra persona, aunque sea un desconocido. El trato amable, la sonrisa, una frase de reconocimiento, un gesto amistoso o solidario, un comentario optimista o simplemente una palabra de saludo o de aliento, pueden ser el vehículo perfecto para lograrlo.
No podemos mantenernos de espalda a la necesidad que tenemos de personas más amables, honestas, comprometidas, serviciales y solidarias, dispuestas a participar en la recuperación de la calidad de nuestro entorno. Es mucho más cómodo evadir esta responsabilidad, justificando nuestra negativa o desánimo a participar en la indolencia, la irresponsabilidad o la agresividad de los demás, que vencer nuestra propia resistencia para ponernos en acción. ¿Pero tendrá sentido permitir que nuestro entorno se vaya empobreciendo, no sólo materialmente, sino en valores y calidad humana mientras esperamos que las personas que pensamos que sí tienen la responsabilidad de hacer algo para evitarlo, lo hagan…?
Es tiempo de volvernos solidarios, tolerantes, comprensivos, conciliadores y por encima de todo, proactivos, para poner en uso la experiencia, el conocimiento y las buenas ideas que tenemos para superar, solucionar y manejar los problemas y las situaciones difíciles o conflictivas. Dejemos de criticar o de juzgar a la ligera y preguntémonos cómo podríamos resolverlo o mejorarlo. Hagamos nuestro aporte consciente, responsable y voluntario, y encendamos la luz en nuestro mundo.
Estar dispuestos a dar lo mejor de nosotros hará que recibamos a cambio toda la abundancia y la prosperidad que necesitamos.
Claves para iluminar tu mundo
Se solidario, vive sin egoísmos. Trabaja individualmente por el bienestar colectivo, no tengas pensamientos egoístas que sólo cuiden tus intereses personales, a costa del sacrificio del bienestar de los demás, pues ésta es la forma segura de ir hacia el dolor.
Acepta a los demás como son. Si cesas en tu empeño de querer cambiar a otros, especialmente a tus seres queridos y comienzas a encontrar en ellos cualidades, talentos y características positivas, te será más fácil motivarlos a mejorar su actitud o sus hábitos, con tus palabras y con tu ejemplo.
Sé considerado. Valora cada acción, gesto o detalle que otra persona tenga contigo, sobre todo si se esfuerza y sacrifica parte de su beneficio. Inmediatamente agradece y devuelve lo que has recibido.
Usa expresiones amables. Cada vez que entres en algún lugar, aunque esté lleno de personas desconocidas, saluda, di alguna frase agradable para suavizarles el día o simplemente usa los cumplidos.
Participa. No se requiere de grandes recursos; con tu ingenio y disposición es suficiente. Pon tu granito de arena, tu esfuerzo cuenta, es el momento de participar y de sumar tu esfuerzo al de otras personas. Además, así podrás canalizar las emociones negativas que te hacen actuar de esa manera.
http://www.maytte.com/?mod=modEstar&tema=LoMejor#med