por Monseñor Rómulo Emiliani
"Yo sabía que esto me iba a ocurrir y así sucedió". Este comentario lo ha hecho usted muchas veces en el pasado cuando las cosas le han salido mal. Usted temía y anticipaba el futuro atrayéndolo negativamente. Su fe en que la cosas iban a salir mal causó que su potencial interior funcionara contra usted mismo y no en favor suyo.
Existe una ley por la cual se guían muchas veces sus pensamientos y su conducta. La ley es: Cosas iguales se atraen. Tenga buenos pensamientos y con el tiempo usted atraerá cosas buenas. Tenga pensamientos malos y usted atraerá en última instancia pensamientos malos. Aunque usted conoce las consecuencias de alvergar emociones destructoras y recelosas cuando lo asaltan los temores ¿no le permite usted frecuentemente que existan dentro de su conciencia? Todos desgraciadamente lo permitimos. Por eso, muchas veces no son contestadas nuestras oraciones para liberarnos de una situación difícil o angustiosa; porque se debe disponer la mente para recibir lo que se pide. Usted debe permitir interiormente que el poder de Dios actúe, y dar las imágenes mentales y los sentimientos positivos adecuados. Dios hará maravillas en la medida que usted coopere.
Si lo que vive en usted es miedo, temor, angustia, amargura, eso es lo que va a atraer, porque dice Jesús en el evangelio: "Que se haga como tu dices que crees"( MT 15,28). - El modo más seguro del mundo de atraer dificultades, es imaginar la posibilidad de que vengan a usted más dificultades - dice Harold Cherman.
Ahora bien: los problemas son parte de la vida y no van a desaparecer porque tenga una mente positiva. Los problemas serán más fácilmente solucionados con una mente positiva porque usted atraerá las soluciones adecuadas y el señor podrá inspirarle el camino seguro. Si usted está anticipando lo peor mientras dice esperar lo mejor, es muy probable que va a recibir lo peor. Crea que está vencido y lo está. Crea que va a fracasar y fracasará. Las dificultades que encuentra en la vida se solucionarán en la medida que usted esté bien. Enderece su persona y podrá vencer las dificultades.
Usted no puede pensar en amor y odio al mismo tiempo. Contrólese interiormente y decídase si va a tener una mente positiva o negativa. Una batalla continua está ocurriendo en nuestra conciencia debido a ese juego de sentimientos buenos y malos. Como criaturas que somos de libre voluntad, depende de nosotros crear un control emotivo y mental. Es nuestra misión conquistar nuestros temores y preocupaciones, y dirigir nuestros deseos por canales adecuados. Dice Jesús en el evangelio: "Si tu ojo está sano todo tu cuerpo estará sano". (Mt 6,22-23). La expresión ojo significa mente, yo interior, y cuerpo no sólo lo físico sino nuestros actos. Todo nuestro exterior es consecuencia de nuestro interior.
Recuerde: usted es el arquitecto y el poder interno que usted tiene es el constructor de la casa que es su propio futuro. Funciona como un magneto, como un imán que atrae todo lo que usted representa mental y sentimentalmente. Las cosas suceden primero en su mente antes que puedan ocurrir en el mundo exterior. Su triunfo o su fracaso está en sus manos. Dígase: -Sé que solamente va a suceder lo bueno porque mi pensamiento es correcto-. Usted se va a convertir en un imán positivo. Busque los medios para que se realice y pídale mucha ayuda al Señor y así atraerá lo bueno. Dice Jesús en la palabra: "El que pide se le da, el que busca halla, aquél que está buscando se le dará lo que busca si con fe pide" (MT 7,7-12).
Usted internamente tiene un poder increíble que le dio Dios. Por eso hoy le decimos atraiga siempre lo mejor. Sométase a una terapia espiritual donde exista mucha oración y pídale al señor que purifique su mente y su espíritu. Apunte en un papel que es lo que más quiere en la vida en orden de prioridades, y comience a poner los medios para alcanzarlo. Usted empezará a triunfar. El mayor problema que tiene para el triunfo es usted mismo. Sepa que Dios es su Padre y quiere ayudarlo. Piense en el Señor como su mejor alidado, su socio en esta empresa de triunfar, de superarse, de ser mejor. El Señor es maravilloso, el Señor es bueno, el Señor lo ama, el quiere hacer de usted una persona maravillosa, y no se olvide con Dios usted podrá vencer cualquier problema, porque ¡CON EL USTED ES INVENCIBLE!
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