Con frecuencia vemos a ciertas personas que se sienten agobiadas por las circunstancias en las que viven. Ellas padecen de falta de auto motivación, carecen de herramientas emocionales que les permitan avanzar y entran en un estado de desesperanza. Se quejan porque siente que los tratan de manera injusta o se creen que merecen algo que consideran que se han ganado.
Cuando se desea establecer metas para el futuro, es imprescindible que comiences este proceso con una mentalidad nueva. Solo tú tienes la última palabra, posees la mejor herramienta que se le ha dado al ser humano, el libre albedrío. Las elecciones están en tus manos.
Se habla mucho de que las personas tienen el poder de elegir. El hecho es que en cada situación que vivimos, son los individuos lo que deben tomar el control y ser responsables de sus propias situaciones, tienen la capacidad para prepararse, responder y tomar acción para mejorar sus vidas.
Así que cada vez que se avanza año tras año, se debe hacer un balance de vida. ¿Te parece demasiado? ¿No te gusta hacerlo? Claro que no nos gusta hacerlo, porque esto en muchas ocasiones, nos produce mucho dolor o alegría. Pero no siempre se está preparado emocionalmente para realizarlo.
Tomar la actitud de enfrentar los desafíos y decidir algunas cuestiones, no es una tarea fácil pero se debe hacer porque te puede beneficiar el resto de tu vida.
Establecer los objetivos no tiene que ser un proceso largo. Aunque se debe tomar el tiempo suficiente como para saber que se ha planificado el proceso lo bastante bien como para que el resultado sea el esperado.
Para iniciar este camino, reflexiona sobre tu año anterior. Haz una lista de todas las buenas cosas que te sucedieron. Escribe los nombres de tus mejores amigos y de los nuevos que han entrado en tu vida. Se lo mas detallado que puedas, ve de los más simple a lo más importante.
Haz otra lista con las cosas que deseas agradecer como por ejemplo, tu salud, amigos, familia, tu trabajo, tu estado emocional, etc. Si vives en un lindo lugar, que es cálido y seguro, agradece que tengas una buena situación de vida. La gratitud mejorará tu actitud frente a la vida.
Escribe todas las desilusiones que has vivido el año anterior, pon todas las cosas que no te gustaron. ¿Qué cosas te provocaron estrés e infelicidad? ¿Te has asociado con personas que limitan tu capacidad de avanzar?
En la parte superior de tu lista, escribe con letra bien grande “todas las cosas que no quieres experimentar de nuevo en tu vida”.
Crea tus propias resoluciones. Determina todo lo que quieres, no solamente lo que sientes que tienes que hacer, sino pregúntate ¿Qué es lo que quiero para mí? Haz esa misma pregunta en cada uno de los aspectos que has escrito en tu lista, como por ejemplo, para tu salud, familia, amigos, profesión y en tus emociones.
¿Por qué lo quieres? Acláralo dentro de tu mente porque quieres estas cosas. ¿Son importantes o te servirán para tus metas? ¿Los objetivos que te has establecido te ayudarán a lograr una vida mejor para ti?
Si sientes que no es así, entonces empieza de nuevo y ten la claridad para saber lo que quieres para ti, que es lo que te motiva o cuál es tu finalidad. Debes entender porque deseas alcanzar esos objetivos, ya que tu “propósito” es tu “motivador” para lograr tus metas.
Cada vez que te sientas desmotivado, revisa nuevamente tu lista de objetivos, para que aprecies exactamente lo que deseas. Esto realmente funciona. La mente en ciertas ocasiones, nos juega una mala pasada, y se olvida que dirección debe tomar.
Crea tu plan de acción. Anota los pasos que debes dar para comprometerte con tus objetivos. Asegúrate de incluir por lo menos dos pasos para realizarlos “ahora” y que te permita encauzarte en tu camino. Tomar la decisión de hacer algo ahora, te va a dar el impulso inmediato para seguir adelante.
Evita decirte “lo hare algún día”. Mañana nunca llega, porque el camino hacia algún día no te conduce a ningún lugar. Celebra cada vez que logres alguna meta que te has establecido. Gracias a tu esfuerzo y perseverancia has logrado tu éxito.
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