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| ¿Sabes perdonar? | |
| | Autor | Mensaje |
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Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: ¿Sabes perdonar? Mar Ago 14 2012, 20:58 | |
| El perdón es algo realmente difícil de entender y mucho más de explicar… aunque todos pensemos que sabemos de qué se trata conozco a poquísima gente que sepa perdonar de verdad. Cuando sufrimos un daño por una persona sentimos un dolor. Esa persona nos ha alterado haciendo o diciendo algo que no sólo no nos agrada, sino que nos hiere interiormente. Nos sentimos ofendidos y nuestro orgullo reclama sus fueros. Es interesante comprender que el primer efecto de la ofensa sufrida es una oleada de sentimientos que yo dividiría básicamente en tres categorías: en la primera nos hacemos mártires por la ofensa sufrida y nos regodeamos en el mal que hemos recibido, en su absoluta injusticia… ¿qué he hecho yo para merecer esto?. En segundo lugar ideamos multitud de represalias escenificadas en actitudes heroicas, en silencios clamorosos, en poses y frases calculadas… muchas veces mas hirientes que el daño sufrido porque es difícil equilibrar la balanza de los daños.. quizás nos ofendieron ignorándolo por completo pero nosotros devolvemos la ofensa con mala intención. Y en tercer lugar pensamos en abordar directamente la cuestión que nos ha hecho daño en un diálogo cara a cara con nuestro ofensor, viendo en esta actitud la más noble de las acciones que se pueda emprender cuando en el fondo es mero desahogo y en el mejor de los casos buscamos una disculpa. Sucede en otras ocasiones, según el grado de madurez de la persona, que esta última fase a veces ni llega y todo se oculta bajo la alfombra de un sordo rencor que envenena las relaciones. Pero es significativo que rarísima vez pensamos en perdonar… o incluso lo que es peor, pensamos que cualquiera de esas acciones anteriormente explicadas ya entrañan implícitamente el perdón! Pero ocurre que perdonar no tiene que ver en absoluto con quedarse con un agrio malestar en nuestro interior, no tiene nada que ver con la “tranquilidad” del que se “venga” devolviendo el mal recibido, no tiene nada que ver con el buscar una disculpa, aunque sea forzada, por parte del ofensor… Qué lejos y qué equivocados estamos. Ninguna de esas actitudes nos proporciona ningún bien, todo lo contrario, sobre todo cuando comprendes lo que podías haber ganado. ¿Cómo explicar cómo es el perdón y los beneficios reales que nos ocasiona? Me dicen lo siguiente, por ejemplo: un auténtico amigo nunca te haría ese daño, si te lo ha hecho no es un auténtico amigo, bórralo de tu lista de amistades. Pero entonces yo le digo a esa persona; verdaderamente debes tener muy pocas amistades porque… qué dificil es comportarse siempre y en todo momento impecablemente… todos metemos la pata alguna vez, ¿o no? Veamos este ejemplo drástico: una madre, después de haberle insistido a su hijo que dejara de jugar con un bote de tinta, este, desobediente, le mancha irremisiblemente su mejor vestido. Es una faena. ¿Qué hará la madre? Por supuesto que le reprenderá pero… ¿no es cierto que tarde o temprano no habrá de guardarle ningún rencor en su interior? porque diríamos…¿cómo es posible que una madre guarde rencor a su hijo? Si las madres acumularan el rencor hacia sus hijos por cada desobediencia cometida… ¿verdad que resultaría inimaginable? El amor puede más que el resentimiento y por eso las madres aprenden a perdonar a sus hijos.. y ese amor es su fuente de felicidad. De la misma manera nos sucede con quienes nos rodean, nuestros amigos, nuestras compañeras de trabajo, con el cliente maleducado que se acerca a un mostrador, o con una cajera impertinente del supermercado… cada vez que guardas rencor en tu interior has dejado pasar una ocasión en la que tu corazón podía haberse expandido en amor, podías haber sido más pleno, dichoso, alegre… esos son los síntomas del perdón.. pero, ¿cómo se hace?. No se trata de “olvidar y tomar nota”, que es la actitud más común. Si mi amigo me ofendió con su conducta o con sus palabras porque fue desconsiderado hacia mí pues dejaré de hablar con él durante una temporada, no le llamaré, lo trataré normalmente pero jamás volveré a tener confianza con él, al menos durante un tiempo…. Esto no es perdonar, ni remotamente. Perdonar es no ver el dolor que hemos sufrido, sino intentar entender por qué el que obró mal hizo lo que hizo, ponernos en su lugar… Muchas veces al hacer esto veremos el sufrimiento de una persona que obra con antipatía hacia el resto y que viva aislada del mundo, los males de la arrogancia, del egoísmo los entenderemos con claridad… Implica desechar cualquier género de represalia, cualquier frase hiriente, incluso una conversación de desahogo en la que pidamos explicaciones… Y hecho este esfuerzo se tratará de mirar a esa persona que nos ofendió con el máximo cariño, y no sólo mirarlo sino que también se le tratará con amor, como si jamás hubiéramos sentido esa ofensa. Es desear intensamente esta intención hasta que se concreta en un propósito real y sincero, en una actitud con esa persona sinceramente abierta y sin resentimiento. No buscamos explicaciones sino ayudar porque el comprender al otro te mostrará el mejor camino para hacerle entender el mal cometido, seguramente a través de tu propio ejemplo pero sin señalar nunca su ofensa. El perdón derriba los muros que aprisionan al alma permitiéndole crecer, ganar en amor. El perdón te eleva por encima del mal sufrido, te proporciona un amor que abarca incluso a tus enemigos, te hace invulnerable, te otorga la madurez de entender mejor a las personas, borra las cicatrices del corazón, te libera de toda sombra de resentimiento,… ¿Cómo sé que he perdonado de veras desde el fondo de mi corazón? Sabes que has perdonado de veras cuando tu corazón rebosa de alegría, y es porque el perdón sincero te llena de amor. Puedes hacer la prueba ahora mismo. En tu vida… ¿guardas rencor a alguien por algo? ¿Te atreves a vivir este perdón que describo ahora mismo, sin esperar más? Basta cerrar los ojos y desearlo. Ya me contarás. http://sietecirculos.wordpress.com/2009/03/page/2/ | |
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