Así como los demás, Uriel también tiene “tareas” específicas en las que nos puede apoyar (nunca olvidando que siempre debemos acudir primero a Dios y luego a los ángeles que El ha creado para asistirnos). Dentro de sus funciones, está el ayudarnos a tener mayor claridad mental. De esta forma, se aconseja acudir a él cuando se tiene una presentación importante en el trabajo o se debe presentar un examen pues él trae la información necesaria a nuestra mente para poder expresar lo que necesitamos y ser exitosos.
Igualmente, este arcángel nos ayuda a recobrar la paz interior, a ubicarnos cuando no tenemos un norte claro cuando “saltamos” de trabajo en trabajo o de relación en relación (en esto, él trabaja conjuntamente con el arcángel Miguel quien nos ayuda a “encarrilarnos” cuando nos sentimos perdidos), a controlar el mal genio, a que exista paz en nuestras relaciones y eliminar las discusiones constantes en ellas, etc.
Finalmente, el arcángel Uriel, cuyo nombre significa “la luz de Dios”, nos asiste en el aspecto de dar y recibir, de sentirnos bien al hacer esto para lograr un balance en nuestra vida. En este aspecto, su amorosa asistencia se ve ayudándonos a dar de buena manera si a veces nos cuesta hacerlo, o igual a recibir si no nos sentimos merecedores de recibir algo en contraprestación a lo que entregamos. Así mismo, este arcángel nos ayuda a recordar que debemos dar pensando en un servicio a la humanidad y no a hacer las cosas solamente en nuestro beneficio.
No olvidemos que a los ángeles en general se les pide desde el corazón, así que una simple frase como “amado arcángel Uriel, por favor ayúdame a encontrar una estabilidad en mis emociones para así poder sentir la paz interior que es la verdadera felicidad”, es más que suficiente para que este amoroso ser reciba el mensaje y, con el permiso de Dios, pueda ofrecer su ayuda.
Por: Ana Mercedes Rueda