La meditación es sencillamente sentirse fascinado de la propia presencia; la meditación es el encanto de la existencia. Es muy simple: un estado de conciencia en completa relajación, donde no haces nada.
Cuando llega el momento de actuar, te pones tenso; de inmediato llega la ansiedad. ¿Cómo hacerlo? ¿Que hacer? ¿Cómo tener éxito? ¿Cómo no fallar? Ya has avanzado hacia el futuro.
La meditación es simplemente existir sin hacer nada: ni acciones, ni pensamientos, ni emociones. Simplemente existes, y sólo te sientes encantado.
¿De donde proviene este encantamiento cuando no estás haciendo actividad alguna? No viene de ninguna parte o, más bien, procede de todas partes. No hay razones para él, pues la existencia esta hecha del material llamado júbilo. Éste no requiere de causa o razón alguna. Si estás triste, tienes un motivo para estarlo. Si estás feliz, simplemente lo estás: no hay razones para ello. Tu mente tratará de encontrar una razón, porque no puede creer en lo inmotivado, por no poder controlarlo. Con lo inmotivado, la mente se torna simplemente impotente. Por eso la mente sigue hallando una u otra razón. Pero quiero decirte que, cuando estás feliz, no hay razón alguna para ello. Cuando estás triste, tienes algún motivo para estarlo. Esto se debe a que la felicidad no es sino el material del cual estás hecho. Es tu propio ser. El júbilo es tu esencia más íntima.
Mira lo árboles, los pájaros, las nubes, las estrellas...y si tienes ojos para ello, serás capaz de ver que toda la existencia está llena de alegría. Simplemente todo es dicha. Los árboles son felices sin razón alguna; no van a ser primeros ministros ni presidentes, no se volverán millonarios ni recibirán nunca una cuenta bancaria. Contempla las flores: no hya motivos. Simplemente es increíble lo alegres que son.
Toda la existencia esta hecha de ese material llamado alegría.