El ser humano necesita estar en armonía consigo mismo, pero la
realidad es que siempre se encuentra atrapado por varias
contradicciones. Así pues, aunque se halle habitado por
aspiraciones magníficas, también se siente impulsado por otras
fuerzas en su interior a cometer actos de los que después se
avergüenza y lamenta. Esta situación crea aflicciones interiores
y estas aflicciones le destruyen.
La verdadera unidad hacia la que debemos tender, es comparable a
la del sistema solar. El sol está ahí, en el centro, y todos los
planetas gravitan a su alrededor, ninguno se aparta de la
trayectoria trazada para él por la Inteligencia cósmica. Debemos
realizar una unidad análoga en nosotros mismos. Esto implica un
verdadero aprendizaje: cómo vivir, pensar y sentir para que
todas las partículas que constituyen nuestro ser físico y
nuestro ser psíquico ajusten su movimiento de acuerdo con el sol
que todos poseemos en nosotros: nuestro Yo divino, nuestro
espíritu."
Omraam Mikhaël Aïvanhov