El naranja está considerado como la unión de la energía del rojo y la intuición del amarillo.
En la India el naranja fue en otras épocas el color de los criminales. Los mendigos adoptaron ropas de este color para mostrar su condición de personas al margen de la sociedad.
El Buda se puso ropas de este color para significar su renuncia a una vida de placeres principescos.
El naranja, o azafrán, es hoy el color de los monjes budistas.
El color naranja puede sugerir aspiraciones energéticas, un poderoso sentido de identidad y una saludable firmeza personal. Aunque también puede significar un caprichoso uso del poder, una actitud hostil hacia las autoridades o falta de autodisciplina.