La primera asociación que se desprende del verde es que es el color de la naturaleza.
El verde recuerda la renovación cíclica del mundo natural, que renace en la primavera, fresco y lleno de potencial.
El verde mantiene una relación con la realidad concreta, simboliza también la función sensorial, directamente tangible en la vegetación.
Verde también es el agua de la que emerge Venus, la diosa de la belleza.
También simboliza la negatividad. Los bosques verde oscuro de los cuentos de hadas son lugares siniestros.
El verde se asocia también a la capacidad de alimentar, cuidar y proteger. Habilidad para cuidar de sí mismo y de los demás.
Sin embargo un exceso de este color puede significar el estar excesivamente controlados por los valores de nuestro padres (materialmente el verde se forma del amarillo, padre, y el azul, madre), en detrimento de nuestra propia autonomía; puede indicar tendencia a la rigidez, a la sobre protección, a ser posesivo y preocuparse en exceso por los demás.
El verde-limón refleja un poderoso superego, de tipo autoritario, y que puede poner en evidencia un conflicto en la fase del desarrollo.