No hay cosas más gratificantes que los regalos y las oportunidades, pero todos estamos acostumbrados a desear los regalos que nos puedan dar los demás, y a las oportunidades que nos pudiesen dar los demás.
Pero, podemos irnos despidiendo de esa idea preconcebida, e irnos relacionando con la idea de que tan agradable es recibir regalos de nosotros mismos.
No hay regalos más sinceros que los que salen de un alma que ama, y después de Dios, no habrá nadie que nos pueda llegar a amar tanto, como nosotros mismos.
A veces sabemos que sinceras son las personas que nos regalan tanto obsequios como oportunidades, otras veces nos quedamos con las dudas si hubo o no intenciones ocultas, en otras situaciones, llegamos a confiar en la sinceridad de las personas que nos dieron regalos u oportunidades, y resulta que fue para conseguir algo de nosotros.
También, nos ha pasado que personas que tiempo atrás nos dieron sinceros regalos, y sinceras oportunidades, resulta que las defraudamos alguna o muchas veces, y ya no están dispuestas a ofrecernos ya nada.
Pero, tú no puedes privarte a ti mismo de darte oportunidades, para crecer, para desarrollarte, para madurar, para perdonarte, para animarte, para proponerte metas, para cambiar malos hábitos, para sanar tus heridas, para reparar tus errores, para retomar tus sueños, para agregar mas triunfos, para empezar de nuevo.
Tú no puedes seguir siendo el obstáculo, que no te permite enfocarte en lo que puedes llegar a ser y lograr por ti mismo.
Para lograr esta meta de regalarte oportunidades necesitas enfocarte, en varios principios fundamentales:
Principios fundamentales:
1. Tus fracasos pasados, no pueden determinar tu futuro.
2. Tus debilidades pasadas, no pueden dominarte, hasta que termine tu existencia en esta tierra.
3. Tus enemigos, no pueden causarte daño cada vez, que lo programen y planifiquen.
4. No puedes cambiar tu mundo exterior, pero puedes controlar tu mundo interno.
5. Tus pensamientos, emociones y sentimientos, no son el centro de tu vida, debería serlo Dios y el propósito que tienes en tu vida.
6. Debes conocer tus propósitos en la vida, para caminar hacia ellos, por ellos, motivados por llegar a ellos, y sin permitirte, dejar de soñar con ellos.
Si te mantienes enfocado en estos principios, sabrás a que cosas te tienes que darte nuevas oportunidades, y a que cosas no puedes darte la oportunidad de experimentar, pensar, decidir, o reaccionar.