Los fracasos generalmente tienen una acción peligrosa, no solamente en el tiempo presente sino también en el tiempo futuro.
Hay fracasos que nos han marcado duramente toda la vida, a veces con heridas internas que no se han sanado, otras veces, con heridas que se han sanado pero que han dejado temores.
Desde niños experimentamos temor a fracasar, sentimos miedo cuando intentamos empezar a caminar. Más grandecitos, tenemos miedo a hacer un dibujo y que nos salga feo, tenemos temor a reírnos en publico cuando nos faltan los dientes, crecemos un poco mas y tenemos miedo a que se burlen de nosotros, a no ser bien recibidos, y a medida en que vamos creciendo, se van agregando mas temores a nuestra lista personal de miedos.
Los miedos más comunes son:
Miedo al rechazo
Miedo al ridículo público
Miedo a defraudar a alguien
Miedo a no tener amigos
Miedo a muchas cosas
Pero, cuando somos adultos el miedo que mayormente experimentamos es el de fracaso, miedo a fracasar como cónyuges, como padres, como empresarios, como profesionales, como estudiantes, como persona en particular.
El asunto del fracaso es precisamente, el desconocimiento. Muchas veces las causas que nos llevaron a ese fracaso, no sabemos como pudimos haber evitado que eso nos pasara, pero nos pasó, y como lo borramos, no podemos borrarlo, ya no hay modo, pero y que tal si nos vuelve a pasar, y que tal si nunca jamás descubrimos la raíz del problemas, y terminamos fracasando toda una vida.
El fracaso en nuestras vidas, se termina convirtiendo en nuestras vidas, como aquel día en que el sol no apareció en nuestras vidas y no sabremos si brillara alguna vez más.
No estamos condicionados a valorar la lección que nos dejó aquel fracaso para nosotros, es como si ya jamás podamos repararlo, y es necesario que entendamos que aunque ya no hay vuelta atrás, ya no lo puedes borrar, ya no lo puedes olvidar, ya nadie tal vez lo olvidará, pero tú y nadie más que tú, necesitas aprender a hacer algo importante con esos fracasos del pasado, y tienes variables opciones,
- Usarlos para que destruyan de por vida tu autoestima, y te castiguen con los sentimientos de culpa que le corresponde.
- Usarlos, para pasar la vida reprochándole a alguien, el que te haya hecho fracasar.
- Hacer que alguien tenga que pagar por tus fracasos, tenga o no tenga la culpa.
- Hacer que otros se beneficien de tus fracasos, que aprendan de ti, para que no sufran lo que sufriste, y que no tengan la oportunidad de errar en lo que tú erraste.
Sin duda alguna, lo mejor que tu puedes hacer por ti, es ayudar a los demás, a que se anticipen a los posibles errores que podrían cometer, los cuales cometiste tu por ignorancia, y por no contar con esa ayuda.
Cuando tu hayas ayudado a otro, sentirás una satisfacción tan grande, que hará que tus sentimientos de tristezas por tu fracaso, sean cada vez menos importantes, mientras mas beneficies a otros, mas te estarás autosatisfaciéndote, en relación a tus consideraciones acerca de tus fracasos.