Los fracasos no existen, tan sólo existen los resultados inesperados. Tienen entre sus manos, este texto escrito por un hombre que no ha fracasado ni una sola vez en los últimos años. Imagino lo que estarán pensando: "No sé si es provocativo, arrogante o simplemente tonto."
Es posible que, de buenas a primeras, lo dicho suene arrogante, pero se debe únicamente a que a veces logro resultados que no había esperado. La palabra "fracaso", no significa para mí otra cosa que no sea "el primer paso en el aprendizaje".
¿Emprenderían algo si supiesen que nada puede salir mal? ¿Transcurre la vida de ustedes en la mediocridad, sólo porque no desean correr el riesgo de fracasar? ¿Cómo se sienten al no hacer lo que deberían hacer?
He mantenido muchas conversaciones con personas diversas y pude comprobar, que el miedo al fracaso es el obstáculo que conspira, en mayor medida, contra una vida plena. ¡Qué desperdicio de energía y potencial!
Contemplemos ahora el problema del fracaso desde una óptica diferente. Sé muy bien lo difícil que es cambiar el enfoque habitual, pero vale la pena tener en cuenta que no sólo existen polos extremos de fracaso y éxito, pérdida y ganancia. Entre ambos, se extiende un amplio campo en el que desarrollamos la mayor parte de nuestras actividades. Es, por decirlo así, la tercera cara de la medalla, la zona gris en la que observamos, aprendemos y recogemos experiencia.
La forma en que aprovechemos esta zona gris de transición, decidirá hacia qué polo tenderán nuestras futuras actividades, hacia el de la pérdida o el de la ganancia.
Todas las cosas de la vida tienen dos caras, pero sólo cuando descubrimos que son tres, podremos captarlas en todo su alcance. (Heimito Doderer).
Hagan la prueba y tomen conciencia de lo positivo que resulta enfocar la realidad, desde este punto de vista. Por lo tanto, si quieren iniciar algo nuevo y explorar valientemente nuevas sendas, sea en el campo profesional o personal, prepárense para un resultado inesperado. Es algo que siempre deberíamos esperar. Sólo el que está preparado para un fracaso podrá, a la larga, triunfar. El éxito que se alcanza después de varios intentos fallidos, es uno de los placeres más grandes que conozco.
Dispónganse y propónganse que, en la próxima situación que tengan que enfrentar, se sobrepondrán a sus inhibiciones internas, a sus tensas reservas mentales y, antes que adoptar una actitud pasiva, llevarán a cabo aquello que anhelaban.
Nunca he fracasado porque nunca intenté nada en lo que pudiese fracasar.
Pues, ¿cómo podremos averiguar dónde podemos llegar, si nunca hacemos el intento? Procuro constantemente llegar lo más lejos posible y, en cada intento, achico la barrera, el umbral del miedo ante lo nuevo.
Reconozcan, a partir de hoy, que sólo fracasamos cuando renunciamos.
Armando Maronese
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