EJECUCION: Extendido de bruces en el suelo, con los brazos a lo largo del cuerpo. Doble las piernas y cójase los tobillos. Inspire. Levante el tronco del suelo, y al mismo tiempo tire de las piernas con las manos, para elevarlas lo más alto posible, al tiempo que dobla la espalda. Espire. Mantenga la posición todo el rato que le sea confortablemente posible, haciendo una respiración superficial. Cuando note fatiga, deshaga poco a poco el asana y relájese unos instantes.
OBSERVACIONES: Repita el ejercicio de 3 a 5 veces. Mantenga la cabeza bien alta todo el tiempo que dura la posición.
EFECTOS: Muy buen ejercicio para la columna vertabral, pero su acción más notable es la estimulación de las glándulas endocrinas y en especial tiroides y suprarrenales. En el aspecto psíquico, aumenta la vivacidad de la mente y la energía de carácter.