Se ha observado que las personas de éxito profesional, relacional, personal, familiar, tienen unas características emocionales muy similares y concretas, que les permiten mantener un nivel de proactividad, comunicación y acción muy superior a la mayoría, fruto de una gestión integral de su mundo emocional que podríamos resumir en las siguientes:
1.Proactividad y dolarización en el logro de resultados, en vez de receptividad y dolarización en lo fácil y en el error
2.Automotivacion y capacidad de motivar a otros, en vez de desmotivación propia y ajena
3.Autocontrol emocional, en vez de descontrol
4.Autoconciencia de las propias emociones y de las ajenas, en vez de inconsciencia de lo que ocurre en el interior de uno y de los demás
5.Empatía o capacidad de sintonizarse (ponerse en los zapatos) con las emociones ajenas, en vez de egocentrismo
6.Escucha activa, fruto de esta empatía, en vez de la tendencia a solo esperar a ser escuchado
7.Influencia sobre las emociones ajenas, en vez de ser influido por los estados anímicos de los que te rodean
8.Positividad emocional, alegría, entusiasmo, en vez de tristeza, aburrimiento y abatimiento
9.Comunicación interpersonal abierta, capacidad de relación y establecer relaciones afectivas y efectivas, en vez de ostracismo y agorafobia
10.Comunicación intrapersonal positiva o capacidad de ver lo positivo en uno mismo y en sus acciones, en vez de negación constante a uno mismo
11.Liderazgo o capacidad de proyectar ilusión y entusiasmo por un proyecto, visión o misión, en vez de boicotear las acciones, descrédito y critica
12.Negociador y gestión del conflicto, haciendo de balanza entre las emociones en conflicto, en vez de autodefensivo y conflictivo
13.Autosuperacion de las adversidades o Capacidad de lucha constante, en vez de sentimiento de fracaso, frustración e impotencia ante los retos y dificultades
14.Autonomía emocional o madurez emocional, que le permite la independencia de la afectividad ajena, en vez de la dependencia al afecto ajeno para sentirse completo
15.Nutricio o nutridor emocional de los demás, transmisor de energía emocional positiva, en vez de ladrón de energía emocional
16.Centrado en los demás, en vez de centrado en uno mismo, acaparador de la atención, centro de atención emocional...
17.Autoestima o auto evaluación positiva de uno mismo, al completo, en vez de autocrítica y falta de aprecio hacia uno mismo
18.Autogestión emocional, lo cual evita cualquier tipo de adicción emocional al afecto, al sexo, a la adrenalina, etc...
19.Auto confianza y capacidad de generar confianza o poder personal, en vez de falta de confianza en uno mismo y desconfianza enfermiza en los demás
20.Empowerment o capacidad de empoderar a los demás, en vez de poseer a los que dependen de ti emocionalmente como pareja, hijos, subordinados, alumnos, etc
21.Y en un nivel superior, afectuosidad, compasión por la debilidad ajena, en vez de egotismo, victimismo y mendicidad emocional
22.Lo que lleva a: actitud de servicio a los demás en vez de servirse de los demás.
23. Resumiendo, una persona sin inteligencia emocional vive desde el miedo a perder, miedo a ser agredido, miedo a no ser reconocido, miedo a quedarse solo y perder la nutrición emocional de sus afectos/relaciones, miedo a perder el estatus creado por su puesto de poder, posesivo, incapaz de gestionar sus emociones negativas como ansiedad, temor, ira, enojo, tristeza, e incluso, alegría, pasión, etc, desbordándose estas y cayendo en la codependencia y las adicciones emocionales/químicas, como podemos ver en muchos famosos jóvenes que no saben gestionar las emociones positivas que les embargan, cayendo en depresión, ansiedad e irreflexión, además de en egotismo o endiosamiento.
Una de las emociones mas insidiosas y difíciles de aceptar es que la mayoría cae en la posesividad emocional y en la tiranía emocional de quienes dependen emocionalmente de uno, creando esclavos emocionales a los que controlamos a través del enojo, la bronca, o la contraria, el pobre de mi, el victimismo, o la posesión sexual o del placer afectivo, el cual se usa como medida y moneda para obtener de los demás el poder que detentamos.
Incapacidad de tomar decisiones, reactivo inconsciente o en estado defensivo ante las emociones ajenas