La Meditación es un estado producto de una ausencia de la Mente; no es la negación de la mente sino la comprensión desde la profundidad de la subjetividad que el proceso de la mente es un obstáculo.
¿Qué es un estado Meditativo? Es un estar, en la manifestación de la existencia sin la inferencia de los pensamientos; no es la negación de estos, pues si hubiese negación, habría Mente y por tanto el estado meditativo sería del todo imposible.
¿Qué sucede cuando no hay pensamientos? Cuando no hay pensamientos que no es lo mismo que la
negación de que se produzcan estos, es un estado que enlaza directamente con la naturaleza de la Vida de la cuál nosotros somos una de las múltiples manifestaciones.
La Mente pues, es un producto esencialmente humano, y es un producto esencial, hay pensamientos ilimitados, como el amor, la compasión, la alegría y hay pensamientos limitadores como el odio, el deseo, el apego; estos últimos delimitadores y opuestos a la situación propiciatoria de la meditación, porque también los pensamientos ilimitados son causa a evitar en el estado meditativo.
La Meditación es una celebración subjetiva de la existencia a través de nosotros como manifestación de la Vida. Es el camino del centro, es la cuerda de Sitar que no está tensa no está floja, es la cuerda afinada en el modo correcto. Hace 2.500 años el Honorable del Mundo, después de largos años de experimentación subjetiva, alcanzó el Despertar a través de la Meditación, ello nos lo legó, como el legado más precioso que la humanidad pudiera desear, el legado de la Libertad con mayúsculas.
Pero ¿en qué se distingue la meditación oriental de la meditación occidental? La meditación occidental la base fundamental de ello es la Mente, el pensamiento, la introspección de un algo desde la Mente. Una recreación sobre los conocimientos adquiridos, de hecho no es meditación sino hiperreflexión, una concentración desde la mente en un algo a descubrir, es la continuación del mundo mental al cuál pertenece con las limitaciones propias de ello.
La Meditación que nos legó el Honorable del Mundo, es la aceptación que el mayor obstáculo es el proceso mental, por ello, el estado meditativo se alcanza con el cese del proceso mental.
En Occidente se enfatiza que la enfermedad mental se sitúa en la mente, por lo que la psicología occidentan trata de sanar la mente, sin embargo en Oriente, la causa de la enfermedad mental es la propia mente.
La Mente como elemento creador del proceso cognitivo, causal y con efectos en el Mundo. La consciencia, el proceso de reconocimiento de la causalidad del proceso de la mente como el origen e iniciador de los numerosos problemas de reinterpretación de nuestras acciones y por extensión el mundo. El conocimiento profundo de ello no impide el acontecimiento del proceso de la mente, sino que el suceso se transforma en un acto consciente de su causalidad, y ello es un cambio profundo en la percepción en su integridad.
El estado meditativo es un estado pero la meditación es un acto de la mente, es un pensamiento ilimitado. Es fundamental para comprender en su integridad, la diferenciación de estado meditativo y meditación, el acto meditativo puede realizarse de múltiples modos, en cualquier situación, no obstante resaltando el hecho de que no tiene lo significativo de alcanzar el estado meditativo.
Los animales, los seres sintientes tienden a estar en un estado meditativo, el ser humano cuando está en su más primaria etapa de desarrollo tiende a hallarse en este estado meditativo, progresivamente pierde la tendencia a ello por el condicionamiento externo.
La pregunta de importancia que nos haremos ahora es ¿el estado meditativo surge con la acción de la meditación o es precedente de ello? La meditación no es un medio para alcanzar una relajación, no es un proceso terapéutico para alcanzar un ciclo cerebral alfa, como suele leerse o escucharse de aquellos que son practicantes de la acción pero que no han sabido alcanzar el estado meditativo.
El estado meditativo es precedente a la acción de meditar, por ello se ha dicho anteriormente, que el Buda, aunque hubiera estado colgado de los pies en lo alto de una rama de un árbol, hubiera alcanzado el despertar.
No es la acción de meditar la que alcanza el estado meditativo, ello solamente es una forma, investiguemos ahora lo referente a las posiciones.
Es la posición del loto la más adecuada para el estado meditativo ,la respuesta es que es indiferente, no es a través de la posición corporal como se alcanza el estado meditativo. Sucede que es una posición que facilita la quietud, la calma, pero no es la única, el Buda, falleció en la postura del paranirvana, la postura de el león del despertar, postura mostrada por el Honorable del Mundo y que es perfecta para aquellos que están enfermos, pero aún así, tampoco es precisa la posición, no hay posiciones que conduzcan al estado meditativo.
Hemos de comprender desde la profundidad de la subjetividad, que es la cesación de la mente la que porta al estado meditativo, si no hay cesación de la mente, no hay posibilidad de practicar la acción de la meditación.
Alcanzar el estado meditativo todo el tiempo integramente en cualquier instante del vivir diario, es el aunténtico meditador, el practicante, que precisa propiciar un ambiente adecuado, un lugar y posición, es solamente un practicante que trata de alacanzar el estado meditativo.
¿Cómo podemos integramente ser meditativos y participar del mundo que precisa de la mente para ello, y el estado meditativo es la cesación de la mente?
Porque la cesación de la mente no es la negación de la mente, es la conciencia subjetiva de que el proceso mental es como una nube que impide el paso de la radiación solar, es como una venda en los ojos; la compresión integramente de un modo profundo cesa el proceso de la mente en el estado meditativo.
La mente tiene dos polaridades, la atracción y la repulsión, ello se manifiesta en el psiquismo del ser humano en todas sus manifestaciones, ello es un proceso causal de pensamientos que validamos como verdades invariables y es precisamente el estado mediativo, el que muestra desde la profundidad subjetiva, que ello puede ser variado, las tendencias polares, no son un algo invariable e inmutable, desde nuestra conciencia podemos decidir si la nube cubre la luz solar o lo opuesto, pasa a través dejando el espacio vacio para que el sol nos dé su calor .
El pensamiento es causal de otro pensamiento, ello tiene un efecto que es causal del proceso mental, la elección es ahora un efecto de este proceso mental, lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, lo favorable y lo desfavorable, todo ello fundamentado en la atracción y repusión, como si la mente tuviera que obeder las leyes que nosotros también con la mente hemos ideado.
La atracción y la repulsión, la división polar, con sus múltiples designaciones, tienen una jerarquía en el modo como nosotros interpretamos la vida y la reinterpretamos conceptualizandola.
El cese de la mente, es la aceptación de que los extremos son una sóla cosa, pertenecientes a un sólo tramo, y es nuestro proceso mental la que hace la interpretación. Precisamos anotar que el proceso mental, que de un modo genérico designamos como mente, no es un algo que tiene ipseidad, sino que es solamente un proceso cognitivo, un conjunto de conocimientos, fuindamentados en la memoria adquirida, que en su conjunto tiene un efecto, no obstante, la mente no es un algo que tenga una existencia propia.
Si la mente no tiene una identidad propia, una ipseidad, entonces, la identificación con ella es un condicionamiento. El condicionamiento es un algo adquirido, la mente es un condicionamiento que podemos variar según las necesidades personales o sociales.
No obstante, nos aferramos a los pensamientos, como si fuesen algo nuestro, defendemos pensamientos como si estos dependieran su existencia de esta defensa y así és, los pensamientos son interpendientes de los otros pensamientos, y la colectividad es en su fin una integridad de pensamientos, todo ello tiene el efecto que designamos como "el Mundo"
El estado meditativo es una recuperación del estado natural, un reencuentro de la no oposición, de la evitación de la atracción y repulsión. No es una cuestión anecdótica como pretenden los que defienden el mundo mental, ellos se refieren a cuestiones domésticas o sociales de mayor o menor importancia, pero ello no
es lo fundamental. Una muestra, la elección de aquello o lo otro, es dependiente de esa oposición polar, de eso que designamos como proceso de la mente.
Lo interesante es que el estado meditativo en ningún caso es opositor del mundo mental, sino que es favorecedor para la comprensión integra de la causalidad y efectos del mundo. El estado meditativo no es un algo a alcanzar, es un algo a recuperar, es el estado natural de la existencia, tenemos múltiples muestras a lo largo de toda la vida y en cada histórial personal. Momentos de sosoiego que indican cuál es el estado natural, instantes creativos no dependientes de decisiones polares, encuentros personales interdependientes de emociones ajenas a elecciones, la búsqueda de momentos de tranquilidad; ello también, ha sido utilizado para convertirse en un algo del mundo mental, la venta o alquiler de lugares con promesas de calma alejada del movimiento de la mente.
El secreto tiene su raíz, en nosotros mismos, no hay lugares mágicos, no hay posiciones que resuelvan el conflicto, no hay formulaciones transcendentes que resuelva la situación de búsqueda transcendental. Solamente nosotros desde la posición personal desde la subjetividad, podemos hallar el modo