La queja va unida al pensamiento negativo y, por tanto, resta energía (lo más fácil es quejarse). Resulta lo más sencillo porque evitar la queja a través de la acción orientada hacia determinado objetivo requiere un esfuerzo y trabajo.
En cambio, la persona que se queja de forma continua tiende a evitar la acción. Y por esta razón, no avanza.
Cada vez que venga a tu mente un pensamiento negativo cámbialo de forma consciente y voluntaria por uno positivo: cuando afirmes “no puedo” piensa “sí puedo”.
Es importante que tomes conciencia del poder que tiene tu propio pensamiento sobre tu propia acción ya que ahí reside el principio del cambio. Un cambio que no es inmediato ni instantáneo sino que requiere práctica.
Por esta razón, es importante que te pongas a ti mismo objetivos concretos y pequeños. El peligro de hacerse de entrada grandes propósitos es que uno puede desmotivarse fácilmente en el primer error.
A continuación enumeramos una lista de pensamientos positivos que puedes decirte a ti mismo en el día a día:
a) “Sé que puedo hacer eso”.
b)”Soy capaz de conseguir aquello que me propongo si trabajo y me esfuerzo”.
c) “Estoy pasando un momento difícil pero sé que pronto pasará”.
d) “Soy una persona valiosa y me quiero”.
e) “Merezco ser feliz”.
A estos cinco pensamientos positivos tú mismo puedes añadir una lista interminable. Una lista que puedes decirte a ti mismo y también leer directamente sobre el papel cuando lo necesites.
Puedes pedir a tus amigos que te digan por escrito cuáles son tus virtudes y tus cualidades para que vayas tomando conciencia de tu propio valor y de cómo te ven aquellos que te quieren.
Sin embargo, nunca olvides que tu verdadero valor depende únicamente de aquello que tú pienses de ti mismo.
Esa es la única verdad que te acompañará a lo largo de tu vida y que reside en tu conciencia.