La técnica que voy a enseñarte es muy sencilla pero muy efectiva. Es una de las muchas formas en las que puedes activar tu “toma a tierra”. Puedes practicarla sentado o de pie, como lo prefieras. Algunas personas prefieren hacerlo de pie porque la propia energía al fluir hace que tu cuerpo de mueva con más libertad. Si al hacerlo de pie tu cuerpo empieza a girar o moverse no te asustes y pienses que estás siendo “poseído”, simplemente déjate llevar. La energía sabe lo que necesitas para equilibrarte. La opción sentado es más cómoda y podrás ponerla en práctica en cualquier sitio, incluso en el metro. : )
Para este ejercicio te voy a pedir que te imagines o que visualices. Hay personas a las que les cuesta más que a otras visualizar. Si te digo que veas una cuerda y no la ves literalmente, no te preocupes. Todos tenemos imaginación, y a los que dicen que no la tienen siempre les hago la misma pregunta. Imagínate lo peor que te puede pasar, ¿a qué eso si lo puedes imaginar? Todos tenemos esta capacidad, TODOS, simplemente que algunos la tienen inclinada hacia el lado negativo. ¡Menudos guionistas de películas de miedo que somos!
Ejercicio de Toma a Tierra
Siéntate cómodamente en una silla con la espalda recta apoyada en el respaldo en una postura de cuerpo abierto, es decir las manos y las piernas sin cruzar. Si lo haces de pie, ponte erguido pero mantén las rodillas un poco flexionadas y con los pies a la anchura de las caderas. Esta posición propicia que el cuerpo se relaje y que la energía fluya. Si estás de pie deja que los brazos caigan libres a ambos lados del cuerpo. Si estás sentado, deja las manos encima de las rodillas con las palmas hacia arriba.
Quítate los zapatos y coloca los pies en el suelo procurando que estén bien equilibrados, es decir que estés apoyado sobre toda la planta del pie abierta. Si eres muy friolero puedes dejarte los calcetines o poner un cojín debajo.
En esta postura, cierra los ojos lo que te ayudará a ser más consciente de tu cuerpo. Concéntrate en la respiración, inspira y expira suavemente y sin esfuerzo. Inspira llevando el aire hasta el estómago imaginando que en el estómago hay una pelota de goma que se hincha. Al expirar, siente como esa pelota se va deshinchando. Repite esta respiración unas cinco veces. Inspirando y llenando el estómago y luego expirando y soltando el aire. Puedes inspirar por la nariz y expirar por la boca o inspirar y expirar por la nariz. Como te resulte más cómodo.
Siente como con cada respiración te vas relajando cada vez un poquito más, como las tensiones desaparecen y tu cuerpo se siente más cómodo.
Ahora que estás más relajado, centra la atención en las plantas de los pies. Quizás ya estés sintiendo un cosquilleo. Imagina o visualiza que de las plantas de tus pies empiezan a salir unas raíces que se van adentrando en la Tierra. Siente como esas raíces, que nacen en la planta de tus pies, se van adentrando profundamente en la Tierra conectándote con este planeta. Imagina como esas raíces se ramifican como las de un árbol centenario.
Ahora que tus raíces siguen creciendo y conectándote cada vez más con la Tierra, imagina o visualiza que de tu primer chackra que se encuentra entre tus piernas (localizado en la base de la columna si eres hombre, o entre los ovarios si eres mujer) sale una cuerda o cordel hasta el centro mismo de la tierra. Este es tu cordón de “toma a Tierra”. Sujeta este cordón al centro de la Tierra de la forma que se te ocurra. Puede ser a través de un ancla, o puedes utilizar un nudo, un nudo marinero, una argolla, engancharlo a algo. Utiliza tu imaginación. Lo que te imagines estará bien. Lo importante es que esa cuerda esté unida al centro de la Tierra. No hay forma correcta o incorrecta de hacer este ejercicio. Lo que te recomiendo es que la cuerda sea gruesa, tan grande como quieras. Un cordel flacucho no te va a servir de mucha ayuda en momentos de estrés.
¡Ya está! ¡Tomaste Tierra!
Ahora imagina o visualiza que tiras de tu cuerda hacia arriba. Toma nota de cualquier diferencia y vuelve a tomar tierra de nuevo. Si ves que la cuerda se ha soltado, quizás necesites un nudo más fuerte u otro método de enganche. Deja que tu intuición te guíe. La primera vez que lo hagas repite esta operación varias veces para asegurarte de que estás bien firme anclado a la Tierra.
Este proceso te ayudará a ser consciente de que eres un SER poderoso y de que tienes el control sobre tu propia energía.
Una vez que has tomado tierra, permanece siendo consciente de las nuevas sensaciones que experimentes. Puede que notes los pies y las piernas casi por primera vez. ¡Es verdad, los pies existen a parte de cuando te duelen por los zapatos! Algunas personas sienten un hormigueo cuando la energía empieza a fluir, o calor, o frío. En ocasiones se siente dolor en la planta de los pies, es simplemente que los chakras de los pies (que están situados en la planta) se están abriendo. Todo lo que sientas o experimentes está bien. Incluso si no notas nada también está bien. Permítete estar un poquito más en esta posición conectado al aquí y ahora. ¿Qué sientes?
Luego vuelve a concéntrarte en la respiración y abre los ojos.
Puedes repetir este ejercicio al principio cada día durante una semana o en el momento en el que sientas que lo necesitas. Aunque decimos que lo hagas con los ojos cerrados, es simplemente para que te abstraigas de cualquier distracción del exterior y estés más consciente de las sensaciones internas. Puedes hacerlo igualmente con los ojos abiertos cuando ya tienes un poco de práctica.
http://elcodigodelaemocion.wordpress.com/2010/10/20/toma-a-tierra-2%C2%AA-parte/