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| La ley de la polaridad | |
| | Autor | Mensaje |
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Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: La ley de la polaridad Miér Jul 27 2011, 03:21 | |
| Cuando un electricista hace una conexión no se pone a reflexionar cuál de los cables es bueno y cuál malo, cuál es el pecaminoso y cuál el escogido por Dios. Simplemente sabe que trabaja con dos fuerzas, una de polaridad positiva y otra negativa. Separadas son inocuas, pero si se las junta ocurrirá el milagro. Y lo que sucede a niveles de electricidad es la constante en el universo: existen dos poderes opuestos que se apoyan mutuamente para producir perfección. Su interacción se define como la “Ley de la polaridad”, o “Ley del dos”. Esta ley opera en forma muy sencilla, sin embargo la humanidad no ha tenido hasta ahora la sabiduría de tomarla en cuenta. Por ello hemos pasado por: guerras, segregación, persecuciones, injusticias y calamidades en milenios de historia. Cuando el momento llegó para que el hombre comprendiera los secretos de la polaridad tuvimos un maestro a nuestra disposición, el Buda. Nació como príncipe, pero voluntariamente se convirtió en mendigo, tal vez para tener la vivencia del Yin y el Yang, como él llamó a estas dos fuerzas constructoras. Enseñó el Buda que la felicidad es posible, siempre y cuando escojamos transitar por el camino del medio. Desgraciadamente los hombres, en vez de poner en práctica su sabiduría, le rindieron culto y volvieron religión sus enseñanzas. Entonces como Budistas se vieron impulsados de vuelta a la balanza, pues al estar en pro de algo siempre habrá quienes estén en contra. Y lo que el Buda había legado, como forma de integración, dividió al mundo en dos corrientes: oriente y occidente, los partidarios de la Ley del dos, y los fanáticos de un solo Dios. La Ley de la polaridad es el mecanismo por medio del cuál el universo mantiene su estado de equilibrio. Podemos comprenderla simplemente observando el fluir de todo lo que nos rodea. A nivel subconsciente nuestro cuerpo sabe, nuestras reacciones involuntarias siempre unifican la polaridad para obtener mejores resultados. Si vas a correr hacia adelante, tu cuerpo se echa primero hacia atrás. Si intentas saltar hacia arriba, tu cuerpo toma el impulso yendo primero hacia abajo. Si llorando llegas hasta el final de tus lágrimas entonces reirás; y si riendo alcanzas el extremo de tu risa entonces llorarás. Si te duchas con agua fría saldrás con calor, pero un baño con agua muy caliente te producirá frío. El abuso de comida te conducirá a una dieta estricta, y la dieta estricta de vuelta al abuso de comida. Hemos salido a explorar el espacio exterior y se nos han revelado los misterios ocultos de nuestro propio mundo, mientras que los hombres sabios buscan dentro de sí mismos y pueden llegar a percibir el universo entero. En el juego del amor vemos parejas que al primer encuentro se detestan, y cuando el odio es total entonces se enamoran y se casan. Mientras que, al unirse los más enamorados, el extremo del amor invariablemente les enseña a odiarse, hasta que el divorcio los separe. Por eso a la “Ley de la Polaridad” se la llama también la “Ley del Péndulo”. Oscilamos de un extremo al otro porque no comprendemos que si nos polarizamos totalmente en un solo lado, la vida nos lanzará automáticamente hacia el extremo opuesto. Esto ocurre porque nuestra tarea es aprender por contrastes. Por ejemplo: sabremos qué es la luz únicamente si antes hemos visto oscuridad. La tristeza pone en relevancia la alegría. Comprenderemos lo que es bondad si existe la idea de lo que es maldad. La enfermedad nos brinda la percepción nítida de lo que significa la salud. Por eso todas las situaciones que vive un ser humano son igualmente valiosas. Que sean agradables o desagradables no interesa, solo cuenta el bagaje de sabiduría que cada experiencia nos aporta. Aceptado esto, nos haremos voluntarios del camino medio, porque aplicaremos la sazón del buen cocinero a cada aspecto de la vida: agregar una pizca de azúcar a los platos de sal y una pizca de sal a los platos de dulce. Reconoceremos entonces que siempre hay algo de fealdad en la belleza y algo de belleza en la fealdad, algo de verdad en la mentira y algo de mentira en la verdad. Así tendremos flexibilidad para aceptar el punto de vista antagónico “del otro”. Con la conciencia de que en el exceso de riqueza solo vamos a encontrar pobreza, cambiarán los parámetros para evaluar el éxito. Ya no llamaremos “macho” a un hombre por su agresividad y fuerza, sino por la capacidad de demostrar ternura y expresar sus emociones. Caso similar al de un vehículo que requiere su mayor potencia, no para alcanzar máxima velocidad, sino para que, como carroza funeraria, pueda avanzar muy lentamente sin que su motor se apague o tiemble http://www.actosdeamor.com/polaridad2.htm | |
| | | Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: Re: La ley de la polaridad Miér Jul 27 2011, 03:24 | |
| Todo en la naturaleza se manifiesta dualmente: lo lleno y lo vacío, lo masculino y lo femenino, lo alto y lo bajo, los cationes y los aniones, lo frío y lo caliente, la vida y la muerte, la vigilia y el sueño, lo celeste y lo terrestre, el hombre y la mujer, etc Este concepto se relaciona con la ley de la relatividad pues, para definir cualquier movimiento, es necesario decir cuál es el punto de referencia tomado. Lo que para uno es bueno y conveniente, para otro es el desastre y la perdición. No es que todo sea relativo a secas, sino que todo es relativo dependiendo del punto de referencia que se tome. Desde el momento que se prefija un punto de comparación u observación, las cosas dejan de ser relativas, por lo menos respecto a ese punto de vista. Hasta la naturaleza es dual, pues en ella se manifiesta, desde el punto de vista humano, la bondad y la maldad que, desde la perspectiva divina, son los dos polos de las leyes de la vida, manifestadas como justicia. La mente humana tiene una vertiente objetiva (recepción de estímulos externos y racionalidad) y, otra subjetiva, que es la interpretación que cada cual hace del panorama que ve. Igualmente, hay una polaridad pasiva de la mente en lo objetivo (recepción de estímulos o sensorialidad) y un polo objetivo-activo (racionalidad). Hay un polo activo en lo subjetivo (interpretación de los estímulos físicos y de los pensamientos) y otro pasivo (receptividad inconsciente). La polaridad teoría-práctica es uno de los principios fundamentales de la Psicopedagogía Integral, pues en el exceso de énfasis en la teoría sin su base en la práctica, está uno de los más graves y frecuentes errores de los sistemas comunes de enseñanza. No es posible la inhalación sin la exhalación, ni el trabajo sin el descanso, ni la materia sin la energía, ni la energía sin la mente, ni esta última sin la conciencia, etc. La ley de dualidad o polaridad, que se puede manifestar como oposición o como complementariedad, es la que genera los dos sexos: hombre y mujer. Para que se produzca el movimiento es necesaria la dualidad: protones y electrones, intuición y razón, materia y conciencia, conocimiento e ignorancia, actividad y pasividad... a través de los cuales se genera el dinamismo del universo. En el planeta Tierra se manifiesta la dualidad norte-sur y este-oeste. La atmósfera está cargada fundamentalmente de partículas o iones positivos, mientras que la tierra se encuentra con un predominio de iones negativos. Por ello, el ser humano, en su posición erguida, que es la que le destaca como hombre, es algo así como un imán con dos polos: a través de los cabellos, que son similares a antenas (entre otras cosas acumuladores de corriente electrostática), el ser humano recibe energías del cosmos mientras que, mediante las plantas de los pies y sus sensibles terminaciones nerviosas, captan la energía electro-telúrica de la Tierra. En el cuerpo humano hay órganos que se manifiestan con una dualidad clara y fundamental para el mantenimiento y evolución de la vida: el corazón, con su ciclo sístole-diástole; los pulmones, con la inhalación-exhalación; los riñones, manteniendo el equilibrio entre iones antagónicos, etc. Existe un concepto general científico acerca del cuerpo humano, que es el de la homeostasis o mantenimiento funcional del equilibrio entre extremos fisiológicos opuestos. http://www.robertobenitez.com/astralvision/esoterismo/07-04-polaridad.htm | |
| | | Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: Re: La ley de la polaridad Miér Jul 27 2011, 03:26 | |
| LEMA: "Todo es dual. Todo tiene dos polos, todo su par de opuestos, los semejantes y los antagónicos soles lo mismo. Los opuestos son idénticos en su naturaleza pero diferentes en grado. Los extremos se tocan. Todas las paradojas pueden reconciliarse".
Este Cuarto Gran Principio hermético encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen dos aspectos, dos polos, que son un par de opuestos con innumerables grados entre ambos extremos. Aquella antigua y eternas paradojas que han confundido las mentes como: "Todo es y no es, al mismo tiempo".
"La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza", y "Los extremos se tocan", quedan explicadas si se medita este Principio.
La Ley de Polaridad explica que lo que existe entre cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados, y afirma que todo par de opuestos puede reconciliarse mediante la aplicación de esta Ley. Vamos a examinar este Principio en los diferentes planos.
En el plano físico encontramos que el calor y el frío son idéntica naturaleza, siendo la diferencia sólo cuestión de grados. El termómetro indica los grados de temperatura, siendo el polo inferior el llamado frío y el superior calor. Entre estos dos hay muchos grados de calor y frío, y de esos grados el superior es más caliente, en relación con el inferior, que es más frío. No hay absolutamente un tipo fijo. Todo es cuestión de relación y grados. No hay ningún sitio en el termómetro en donde cese el calor y comience el frío. Absolutamente. Todo se reduce a vibraciones más o menos elevadas o bajas. Las propias palabras "elevado" y "bajo" que estamos usando no son más que dos polos de una misma cosa. Son relativos.
Así sucede igualmente con el Este y el Oeste. Si viajamos alrededor del mundo en dirección Oriente, llegamos a un punto que se llama Occidente, marchamos lo suficiente para el Norte, y pronto nos encontramos viajando hacia el Sur.
El mismo Principio se manifiesta en la luz y la oscuridad, las que en resumen son la misma cosa.
¿Dónde termina la oscuridad? ¿Dónde empieza la luz? ¿Cuál es la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál entre duro y blando? ¿Entre blanco y negro? ¿Entre positivo y negativo? La escala musical es lo mismo.
Partiendo de Si, llegamos a encontrar el Si.
El mismo Principio opera en idéntica manera en el Plano Mental. El Amor y el Odio son considerados como diametralmente opuestos e irreconocibles; pero si aplicamos el Principio de Polaridad encontramos que no existe ni un Amor absoluto ni un odio absoluto diferentes uno de otro; los dos no son sino términos aplicados a los dos polos de una misma cosa. Empezando en cualquier punto de la escala encontramos más Amor y menos odio si ascendemos por ella, o menos Amor y más odio si descendemos por ella. Hay muchos grados de Amor y de odio, y existe también un punto medio donde el agrado y desagrado se mezclan en tal forma, que es imposible distinguirlos. El valor y el miedo quedan también bajo la misma regla.
Los pares de opuestos existen en todo. Donde encontramos una cosa encontramos también su opuesto.
Esto último es lo que permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo las líneas de polaridad. Las cosas diferentes no pueden transmutarse unas a otras, pero sí las de igual clase. Por ejemplo, el Amor no puede transmutarse en este u Oeste, pero si puede tornarse en Odio, e igualmente el Odio, cambiando su polaridad puede tornarse en Amor. El valor puede transmutarse en miedo y viceversa. Las cosas duras pueden tornarse en blandas, y así sucesivamente, efectuándose siempre la transmutación entre cosas de la misma clase, pero de grado diferente.
Tratándose de un hombre cobarde, si se elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea miedo - valor, se llenará de valentía y despreciará el peligro.
Igualmente lo perezoso puede hacerse activo y enérgico, polarizándose simplemente a lo largo de la línea pereza - inteligencia.
Una vez entendido el principio de Polaridad se ve inmediatamente que los cambios mentales que deseamos
Ver en nuestros enemigos, amigos, nuestros hijos, empleados, etc., son posibles aplicando la Ley. Es como producir un deslizamiento a lo largo de una escala, a saber, no se trata de transmutar una cosa en otra completamente diferente, sino de reducirla a un simple cambio de grado de la misma cosa. Los estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada una de las cuales tiene su opuesto, y alo largo de su propia línea es posible la transmutación.
El Espíritu y la Materia son polos de la misma cosa; siendo los estados intermedios, o planos, cuestión de grados vibratorios solamente. Estos dos polos, en todo lo que existe, se clasifican ellos mismos por su grado vibratorio, o sea su frecuencia, en positivos y negativos. Así, el Amor es positivo, el odio es negativo. La Fe es positiva, el miedo es negativo. La actividad es positiva con relación en la inercia. El color blanco positivo es contra el negro negativo. La Verdad es positiva, la mentira negativa. La prosperidad es positiva, la carencia negativa. Lo superior es positivo, lo inferior negativo.
Debemos recordar que la tendencia de la Naturaleza es en dirección a la actividad dominante del polo positivo.
Además del cambio de polo de nuestros propios estados mentales mediante el arte de la Polarización, el fenómeno de la influencia mental en sus múltiples fases demuestra que el principio puede extenderse hasta abarcar las influencias mentales; esto es, que los estados mentales pueden producirse por inducción de los demás. Es, pues, posible polarizar un ambiente, una situación. La mayoría de los resultados obtenidos mediante los tratamientos mentales se obtienen aplicando este Principio.
Nosotros los estudiantes de Metafísica, jamás empleamos este Principio en otro sentido que el del Bien, pues como se verá más adelante, en el principio del ritmo y el de Causa y efecto, que son las leyes del Bumerang, lo hagamos hacia otros se nos devuelve en idéntica forma, tarde o temprano.
La práctica de este Principio nos permite comprender mejor nuestros propios estados mentales, así como los de los demás, y nos cerciora de que esos estados son puramente cuestión de grados, pudiendo elevar las vibraciones interiores a voluntad, cambiando la polaridad y haciéndonos dueños de esos grados en lugar de sus esclavos.
Esta ley nos permite ayudar a otros inteligentemente, polarizando situaciones. Por ejemplo: Ya tú sabes saludar, reconocer y despertar el Cristo en tus semejantes. Es simplemente recordando que el Yo Superior, el YO SOY, la Verdad del prójimo es Perfección. En el lenguaje de la Nueva Era se llama "El Concepto Inmaculado". Cuanto más emplees esta práctica, tanto más se te olvidarán de los defectos que hayas visto, o que veías, en los demás. Llegará el momento en que no te afectarán en lo más mínimo, porque te sentirás en perfecta seguridad de que ese prójimo y hermano sólo está manifestando una mentira que con sólo saberlo tú, elevas su rata vibratoria hacia el positivo, su Verdad.
Las frecuencias vibratorias de un metafísico entrenado, a menudo logran transformar un ambiente en que él penetra, simplemente con su presencia. Sólo que la vista de sus ojos, de su sonrisa, de su paz y su alegría polariza los estados mentales. Con unas cuantas palabras positivas transmuta conceptos ajenos negativos imperantes en el ambiente, porque cambia el humor de los presentes, se llenan de esperanza donde antes estaban desesperantes. En este sentido, el poder de Jesús era tan grande que al ver curar a los enfermos a su paso, por eso les decía: "No volváis a pecar". El grado de realización que tenga el estudiante, el practicante, el reconocer el Concepto Inmaculado en los demás, por encima o a pesar de las apariencias que estén manifestando, cura completamente o mejora la condición.
Todo depende de su propia fe.
(Recuerda que la fe es conocimiento)
El metafísico sabe que la enfermedad es una apariencia producida por una forma mental, creación del individuo. Es ignorancia y credulidad. Sabe que la Verdad eterna es VIDA. Sabe que se est` manifestando una enfermedad porque aquel hermano está creyendo en realidad de la forma mental que él ha creado. (El Evangelio dice que está "embrujado" por su propia creación). Vamos a decir que es CREENCIAS en la PERMANENCIA de su propia creación que está viviendo.
De acuerdo con el Principio que estamos estudiando, sabemos ya que es posible POLARIZAR, transmutar la creación propia, deslizando la mente hacia arriba, por la línea del positivo, pensando salud y vida. La Vida es VIDA, no puede convertirse en MUERTE. Se puede pensar en muerte y producirla, pero al pensar en Vida se transmuta la muerte en vida. La vida es indestructible. Está previsto que ella misma si las mentes humanas no le cierran el paso con sus falsas creencias, falsas pero que nadie se inmiscuye en el libre albedrío, que le permite a las mentes humanas creer lo que ellas quieran creer. Contra lo que tú escojas no puede nadie sino tú mismo. Si prefieres situarte en el polo negativo tendrás todo lo que a él pertenece. Si prefieres el polo positivo tendrás todo lo que a él pertenece.
Al Polo positivo pertenece la sonrisa, el negativo pertenece el ceño fruncido. Si quieres cambiar de polo en plena manifestación negativa, sonríe, declara el Bien presente en la manifestación, bendícelo y agrega: "y lo quiero ver". Eso es todo. Verás transmutarse lo negro en blanco, lo triste en alegre, el mal en bien. Pruébalo. Polariza todas las situaciones que se te presenten, todos lo ambientes donde penetres, todos los seres que hablan contigo y los oirás exclamar: "! Pero qué bien me siento!" Polariza a tus hijos, tus amigos, tus empleados, tus alumnos, ya sí serás lo que llamó Jesús "La Sal de la Tierra".
Lo no deseable se transforma cambiando su polaridad. Si tú mismo no sabe hacerlo rápidamente hazlo de grado en grado, de condición en condición, de polo en polo, de vibración en vibración. Primero hay que adquirir el arte de cambiar la propia polaridad para luego poder cambiar la ajena. Así como puedes transformar la polaridad de los demás, trayendo el Bien contigo, así también se puede llevar el negativo a donde uno vaya. Esos son los llamados "Pavosos".
Estos están siempre polarizados en polo negativo y lo llevan a todas partes.
Para dominar el arte de polarizar hay que practicarlo, como todo lo que se desea dominar. El Principio de Polaridad es la Verdad. | |
| | | Nemesis CO-CREADOR@
Desde : 09/01/2009 He aportado : 24878
| Tema: Re: La ley de la polaridad Miér Jul 27 2011, 03:29 | |
| Según el escrito The Kybalion, la ley de polaridad consiste en que todas las cosas tienen su opuesto, es decir todo tiene dos polos; por un positivo existe un negativo. Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero en grados diferentes. Los altibajos por los que pasamos durante nuestra vida no se pueden eliminar, pero se pueden tratar de mantener en un balance. Cuando algo nos disgusta, usamos la ley de polaridad para movernos a lo que nos gusta. De la izquierda a la derecha, del temor a la fé, del odio al amor y de lo negativo a lo positivo. Imagínate el plano de las cosas como una recta numérica. Debes poner de un lado lo que te disgusta y del otro lo que te gusta, de un lado lo negativo y del otro lado lo positivo. Cuando sean muchos los negativos debes tratar de aumentar los positivos. Ya sea con tus pensamientos o tus acciones. Por ejemplo, si estás pasando por un período en tu negocio donde todo parece salir mal, debes tratar de enfocarte en cosas positivas como el ponerle más empeño y energía a superar esos problemas, en lugar de deprimirte y que se venga abajo lo poco que queda. http://www.alcanzar-el-exito.com/ley-de-polaridad.htm | |
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