Tener MIEDO ya es FRACASAR

Muchos,temiendo fracasar, prefieren no actuar y se quedan a la orilla del río. El miedo al fracaso, a la crítica o simplemente la apatía, tienen un efecto devastador en el ánimo de la gran mayoría de esas personas. La gran oportunidad se va, muchas veces para nunca volver. Ese es un inicio del fracaso.

La mayoría de nosotros somos fóbicos a perder. Le tenemos miedo al fracaso. Y este miedo, frecuentemente, contribuye a “nuestro fracaso”. Un temor que nos paraliza, genera pensamientos negativos y, a pesar nuestro, hacemos lo que no queremos y realizamos inconscientemente lo que tememos que suceda. El miedo al fracaso deforma la realidad, nos asusta, y sin haber intentado de verdad realizar lo que deseábamos, damos el primer paso hacia el fracaso. En nuestro camino para lograr el éxito toda nuestra conducta y pensamiento son las de un fracasado.

El FRACASO y la frustración HUMANA

La frustración, muy asociada al fracaso, es aquella experiencia interior de derrota, como consecuencia de haber comprobado que algo en lo que habíamos puesto nuestro esfuerzo e ilusión, no ha salido bien. Es la conciencia de no haber cubierto la meta propuesta. La vivencia inmediata es negativa, y está surcada de una mezcla de tristeza, desencanto, melancolía, derrota y desazón interior.

Algunas veces, nuestra condición humana nos obliga a experimentar fracasos. Ocurre cuando no alcanzamos objetivos personales, en el ámbito laboral, familiar o social.

La mayoría fracasamos en variedad de ámbitos: en la escuela, en el ámbito deportivo, en la calidad de vida, en el mantenimiento de la salud, en el ánimo o en el amor… ¿Quién puede decir que no ha fracasado nunca? Hasta los optimistas fracasan.Los pesimistas ya han fracasado con el sólo hecho de pensar negativamente.

El EXITO del FRACASO

a mayoría, busca lograr el éxito siguiendo los dictados de la moda, la opinión de la familia, y los ideales de la sociedad. Es decir, en ocasiones las expectativas en la vida no son auténticas, sino trasplantadas de personas significativas (padres, compañeros, admiradores). Ellos son los que esperan mucho de nosotros.

Muchos sólo actúan para lograr el RECONOCIMIENTO DE LOS DEMÁS. Viven todo el tiempo preocupados en el QUÉ DIRÁN y continúan en la vida como marionetas tratando de lograr un éxito material que ya no es importante al momento de morir.

La clave del éxito está en reencontrarse parado en la vida de un modo PROPIO y singular. El éxito puede ser a partir de lo imprevisto; no es necesario acumular bienes materiales. Por eso existe mucha gente que se siente exitosa teniendo muy poco.

En nuestra familia y la escuela nos enseñan a busca el ÉXITO (mayormente material). Todo el tiempo se habla de ello. Pero no nos hablan del FRACASO y de las herramientas para manejarlo. Sin embargo, el fracaso puede ser tan útil y humana como transformadora.Y es que al buscar el éxito, algunas fallas son inevitables. Es imposible vivir sin fallar en ocasiones, a menos que se viva tan cautelosamente que no estás viviendo en realidad. Pues lo más natural es tener problemas para solucionarlos si contamos con los medios.

Es muy importante elegir con cuidado en la vida. Frecuentemente se tienen deseos inadecuados a la realidad personal y social. Deseos condenados al fracaso. El problema radica no en el fracaso, sino en el manejo de lo que deseas. A veces consigues algo e inmediatamente te das cuenta de que no era eso lo que de verdad deseabas.

Por otro lado, lo que es triunfo para uno puede ser fracaso para otros. Por ejemplo, existen profesionales que de pronto parecen despertar, el título y el dinero ya no les interesa. Sienten que sólo han elegido mal y eso no les dará la felicidad.Abandonan todo o casi todo y se deciden a llevar una vida más simple y libre de estrés excesivo, o cambian de objetivo.

Os pongo un pensamiento del libro "Pequeña Filosofía Matinal"

Tenemos derecho a desalentarnos, a bajar los brazos en un momento de cansancio y de fatiga. Siempre que este estado no dure. Un vacío puede servir para recargar las baterías. Podemos desalentarnos. No renunciar.

Es cierto que solemos condicionar el éxito a que los demás te vean que con éxito. ¡qué absurdo! ¿verdad? cuando el sentimiento de éxito debería ser plenamente interior.

Si medimos por el esfuerzo, por el premio material que obtienes, o por cómo te estén midiendo los demás, ¿por qué hay pequeños logros en la vida que te hacen sentir muy exitoso y grandes logros que te dejan frío? será entonces porque la medida que estamos utilizando no es correcta.

El grado de felicidad y de paz interior que te proporciona sería una buena medida?

Némesi, a propósito, qué bueno lo que has comentado de que "el problema está en el manejo de lo que deseas".

A mi particularmente me enseñas un montón y me haces reflexionar.
Gracias!