Los ánimos parecen estancados.
Milenarios surcos mentales tiñen la vida de gris.
Se intuye la necesidad del cambio,
sin embargo hay temor a soltar viejas estructuras.
Las buenas intenciones ya no bastan,
carecen de la fuerza suficiente para hacernos despegar.
Es necesario romper la inercia.
El corazón debe echarse a rodar con pasión.
Debemos desatar un tsunami de confianza.
Necesito que te sumes más allá de las palabras.
Este mensaje viene a despertar tu conciencia.
Es la hora de la acción.
Cuando escuchas lo que te digo, algo se agita en tu interior.
Tu espíritu sonríe con alivio.
Tu mente, en cambio, se ataja y sacude una poderosa onda de argumentos lógicos,
que impacta en tus zonas inseguras.
En sólo una fracción de segundo, el temblor retumba en tu seguridad económica,
los lazos familiares y el entorno social.
En medio de la conmoción, una segunda descarga, aún más potente,
te enrostra la edad y te doblega, haciéndote creer que tu tiempo pasó,
y que no estás para emprender desafíos.
Hay tres grandes maestros recorriendo la Tierra:
el maestro “No Sé”,
el maestro “No Puedo”
y el maestro “No Me Animo”.
No los culpes, vinieron para ayudarte.
Las limitaciones tienen la virtud de impulsarnos, hacia aquello que nunca creímos que sería posible.
Las respuestas a cómo trascender la estancación, residen en tu interior. Sin dejar de mirar al cielo, confía en tu divinidad interna.
Deja que la sabiduría de tu alma se exprese.
Recupera tu dignidad.
Por tus venas aún corre la vida, no te entregues.
Al futuro lo construimos con las acciones presentes.
Nada mejor vendrá como por arte de magia.
Autor desconocido