Con el cambiante suceder de la vida se hace imposible voltear a mirar el pasado. ¿Con qué finalidad? Pues con el único sentido de encontrar indicios de aquello que no hicimos bien y que debemos cambiar para mejorar precisamente nuestra vida. Este cambio, por supuesto, debe ser para mejorar y obtener lo que para muchos no existe en su existencia: la felicidad!
Y qué es la felicidad sino el cúmulo de experiencias no solamente agradables sino también lo que llena nuestra alma, espíritu y corazón. En una palabra, aquello para lo cual estamos sobre esta faz del mundo, así como lo desea Nuestro Creador.
Pero ya es hora de que hagamos este cambio necesario e importantísimo. Y creo que debemos cambiar primeramente con nuestras actitudes, primero hacia nosotros mismos y luego hacia los demás. Que no es fácil, seguramente. Pero para hacerlo hace falta un ingrediente indispensable: la voluntad, y esta debe estar seguida o estar unida a la convicción de l¡obtener lo que queremos en realidad.
Seguir como hasta ahora, enfrascados en un "modelo" obsoleto e impráctico no nos lleva a nada bueno, es más, estaremos acumulando la carga negativa que no nos permite avanzar, progresar.
Somos humanos y aunque errar es humano no debemos permanecer en tal situación inoperante.
Es hora de realizar los cambios necesarios para no sólo satisfacer nuestros más profundos deseos sino para hacer de nuestras vidas, dignas de ser vividas coherentemente y con la seguridad de obtener al final lo que anhelamos.
Y esto se puede traducir de una forma tan sencilla como única: amar.
¿Qué esperamos entonces?
No olvidemos que amar es buscar el bien de uno mismo y el de los demás. Entonces está en nuestras manos y nuestra decisión el hacerlo. Ya es hora de realizar lo que debemos.
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