La Diosa Scatagh, (gaelico irlandes), Scath (galés) y Scatach (gaélico escocés)
Una de las diosas más arcaicas de la mitología celta. Scatagh, se podría considerar una divinidad de ámbito pan-céltico, pues su influencia y culto fue difundido hacia las costas del continente europeo, llegando hasta los Alpes. Cuando los romanos dominaron las Galias, los galos, asimilando costumbres latinas, erigieron santuarios en honor a esta diosa, si bien su veneración está más documentada en Irlanda y concretamente en el Ulster, donde aparece en diferentes ocasiones en lo que hoy se conoce como las leyendas del ciclo ultoniano o ciclo de las sagas del Ulster.
Conocida como deidad del Mundo Inferior, es considerada una diosa guerrera. Reina de una comunidad de mujeres iniciadas que enseñaban a jóvenes seleccionados variadas Artes que luego un buen número de ellos, abastecían las filas de las Legiones Rojas. La leyenda cuenta que Finn Mac Cumhall fue uno de sus discipulos, así como el hijo del firbolg Daman, llamado Ferdía, gran amigo de Cuchulainn, que por avatares de su vida, posteriormente sería muerto por éste último.
Ella misma es la más hábil y diestra en las Artes del Combate, como en otras, siendo la que inició y enseñó a Cuchulainn durante un año y un día, técnicas de combate, así como hechizos variados para construir armas mágicas y eficaces. Fue ella misma quien le regaló al héroe del Ulster, la famosa y eficiente lanza “Gae Bolga”, que debía ser lanzada con los pies y una vez clavada en cuerpo enemigo soltaba una nueva carga de dardos que destrozaban el interior del cuerpo del enemigo. También lo educó sexualmente iniciándolo a través de sus artes Amatorias.
Aún siendo una reina del Mundo Inferior celta, su morada habitual se situaba en la Isla de Skye (Isla de las Sombras), que es la mayor de las Islas Hébridas interiores, ubicadas en Escocia. La morada de Scatagh estaba protegida por el “Puente de los Saltos”, el cual al ser pisado en uno de sus extremos se alzaba y devolvía al punto de origen al que lo intentara y si se saltaba sobre él se perdía el equilibrio y se caía a un abismo donde criaturas y monstruos le esperaban.
Scatagh, recibió por parte de sus devotos algunos epítetos que indicaban su condición de diosa guerrera, así éstos la llamaron “Scatagh Nuamaind”( La Invencible) o “Scatagh Buanand” ( La Victoriosa).
La imaginación popular celta la caracterizó como una mujer guerrera de cuerpo formidable y gran hermosura, curiosamente sin edad, no siendo demasiado alta, pero irradiando una fuerza sobrenatural. De miembros perfectos, con músculos sólidos pero sin perder la feminidad y con cabello rojo ardiente. Usando siempre utensilios y vestimentas de guerra sobre su piel desnuda. Tuvo como rival a su hermana Aoiffe a la que venció en una batalla contando con la ayuda del héroe Cuchulainn, la cual después se convirtió en amante de éste.
Otro de los conocidos moradores en el “Reino de las Sombras” fue una de las hijas de Scatagh, la bella Uatach, nombre que significa “espectro”, cuyo deber en el reino de Scatagh era la de servir la comida de los estudiantes de la academia de su madre. También fue amante de Cuchulainn durante un breve período y antes que Aoiffé. También el reino poseía su propio sanador, un tal Osmiach, gran conocedor de pociones. Aunque el habitante más conocido del Reino de Scatagh, fue sin duda el portero y paladín llamado Cochar Croibhe, maestro en todas las armas y destacado lanzador de lanzas y jabalinas. Éste fue muerto en una disputa a causa de Uatach, por el propio Cuchulainn.
De nuevo, en nuestra rica mitología celta, observamos, una vez más, una arcaica figura Protectora y Forjadora de hechizos como es Scatagh, recordando el Principio femenino tutor. En los que se plasma el Umbral femenino como salvador, educador e iniciador de artes guerreras, conocimientos mágicos y hasta sexuales. Es la Diosa Scatagh, la Maestra que enseña, instruye, educa etc, que tanto puede ser terrible como protectora, ocupando un alto lugar en el panteón celta pagano, antes de que fuera destronada con la introducción de los cultos romanos o los posteriores cristianos.