La interpretación mas aceptada actualmente de los Nodos establece que el Nodo Norte, según su ubicación por signo y casa, indica la dirección que el individuo necesita seguir para su nuevo aprendizaje y realizar sus esfuerzos en la vida. El mismo señala además, las cualidades, facultades y realizaciones que son nuevas y que por lo tanto exigen un esfuerzo consciente y sostenido en el futuro. El Nodo Sur, en cambio, según su ubicación por signo y casa, indica lo que el individuo ya tiene construido en su personalidad al nacer, lo que es instintivo o mejor conocido. Son las cualidades, facultades y realizaciones que no presentan dificultades en su manifestación porque ya están fijadas y no necesitan ningún conocimiento consciente. Esto no quiere decir que uno no debe utilizar sus dones naturales, o las facultades que se han heredado al nacer, o dicho de otra manera, que se deben a un positivo esfuerzo en otras vidas, si uno cree en la reencarnación. Pero es necesario recalcar que tales dones hay que utilizarlos a fin de desarrollar las nuevas posibilidades exigidas por el Nodo Norte. El eje de los Nodos nos muestra la dirección de nuestro destino. Ellos son los aspectos polares de un solo proceso, la aspiración y expiración de la energía espiritual en relación con los ritmos establecidos en el pasado.
Un aspecto es un ángulo, un punto de vista, una perspectiva, en definitiva una manera de ver las cosas.
En la conjunción todo se percibe desde dentro, sin la distancia necesaria para un juicio objetivo; se está inmerso en el asunto, se es el asunto.
En la oposición el hecho, la persona, idea o asunto se tiene enfrente, existe una panorámica amplia, aunque es difícil salvar la distancia que nos separa de ello; es como ajeno a nosotros, como una película en la que somos espectadores y en la que sólo participamos por las consecuencias que estos hechos provocan en nuestro entorno, lo vemos desde fuera.
La cuadratura es el más dinámico de los aspectos, nos hace entrar en contradicción ya que está equidistante entre las dos visiones anteriores. Se participa, a la vez, desde adentro y desde afuera, y podemos escoger entre sintetizar o –lo que es más frecuente- dividimos en dos, hacer un doble juego y desarrollar algún grado de esquizofrenia.
El trígono aporta una visión benevolente de la vida, todo está bien, no hay aristas punzantes y ello conduce al optimismo; sin embargo esta perspectiva es tan falsa como todas las demás.
El valor astrológico de los aspectos de una carta natal radica en que nos muestra cómo cada persona deforma la realidad, y este conocimiento resulta extremadamente útil. Los aspectos que cada persona tiene en su carta natal muestran la particular manera como esta “ve” el modelo cósmico. Sabiendo de qué color es el cristal con el cual una persona mira el mundo, puede –si se lo propone- llegar a verlo tal como es en realidad.
Si los aspectos entre planetas muestran una visión particular del modelo cósmico, los aspectos de los planetas con los Nodos de la Luna son complejos y difíciles de interpretar dado que los Nodos no presentan características “propias” (como los planetas), sino que toman el “color” del signo donde están y del planeta que los aspecta.
Los planetas son portadores de las energías de los signos, y los Nodos de la Luna son las puertas de entrada de estas energías al planeta Tierra. Que un planeta les haga un aspecto u otro a los Nodos describe cómo va a operar esta energía.
Debido al hecho de los Nodos de la Luna son puntos diametralmente opuestos, cuando un planeta aspecta a uno de ellos también aspecta al otro. Esto, que no ocurre con los aspectos entre planetas, confiere a estos contactos una cualidad de dirección en cuanto que, al estimular dos puntos a la vez, el individuo puede ser consciente de sus dos polaridades básicas, y en consecuencia, puede orientar