Los estudios demuestran que Marte tuvo una atmósfera más compacta, con nubes y precipitaciones que formaban ríos. Sobre la superficie se adivinan surcos, islas y costas. El planeta Marte tiene una atmósfera muy fina, formada principalmente por dióxido de carbono, que se congela sucesivamente en cada uno de los polos.
Las grandes diferencias de temperatura provocan vientos fuertes. La erosión del suelo ayuda a formar tempestades de polvo y arena que degradan todavía más la superficie. Marte tiene dos satélites, Fobos y Deimos. Son pequeños y giran rápido cerca del planeta. Esto dificultó su descubrimiento a través del telescopio. Cuando se halla más cerca de la Tierra, a unos 55 millones de kilómetros, Marte es el objeto más brillante en el cielo nocturno. Puede observarse más fácilmente cuando se alinean Sol-Tierra-Marte y se encuentra más cerca de la Tierra, esto ocurre cada 15 años.
El tono rojizo de su superficie se debe a la oxidación o corrosión. En la mitología romana Marte es el dios de la guerra. Para los griegos Ares, hijo de Zeus y de su legítima esposa Hera, el impetuoso y fornido Ares no conoce el combate, amigos ni enemigos, destruye a todos sin distinción. Por eso Atenea, defensora de la guerra justa, detesta al dios de la guerra gratuita. En ninguna parte de Grecia es bien recibido ni honrado. Es muerte, dolor y destrucción. Algo fanfarrón por sus músculos, obtiene el amor de la bella Afrodita.
En la astrología, Marte representa la fuerza iniciadora, el coraje, el entusiasmo, la ira y, también, el deseo sexual. Regente del signo Aries y Escorpio, es el astro que representa el impulso a la acción.
Famoso por su valor y su ánimo, que mueve a irrumpir audazmente grandes empresas y a afrontar los peligros. Pero Marte en sí no es ni negativo ni positivo; simboliza nuestra energía que tiende a buscar la exteriorización de nuestros deseos.