Virgo, y en algunos casos Capricornio, encarna la subpersonalidad del crítico, muy encorsetado en "debes" y "deberías" hacer esta cosa o aquella otra. Suele imponerse un nivel de exigencia tan alto, a sí mismo y a los demás, que en ocasiones no se atreve a hacer nada por el miedo al fracaso, o, simplemente, hace sólo aquello que se supone es correcto, o que interpreta como una obligación que debe cumplirse a toda costa. Es como si estas personas sintieran en su interior una voz autoritaria que está encima de ellos diciéndoles lo que deben hacer en todo momento, y en su vocabulario suele haber palabras que los delatan, como los ya mencionados "debes" y "deberías". Esto a veces genera una paralización total de acción, por el miedo subyacente a no estar a la altura. El perfeccionismo suele estar asociado a Virgo, no tanto como una situación que deba entenderse como ideal, sino como eficiente y práctica, tal y como un padre severo y estricto lo valoraría. Es evidente que no todos los Virgo funcionan de esta manera, pero de alguna forma el patrón de sumisión o conformismo suele estar presente en sus vidas, lo que hace que muchas veces actúen de manera inconsciente en función de algo que se espera de ellos. Y, por lo general, cuando un Virgo critica, lo que hace en realidad es criticarse a sí mismo, porque tiene muchas dificultades para perdonarse los propios errores. Este patrón de conducta es muy frecuente en las personas, sean del signo que sean, aunque en Virgo puede constituir un dilema que condiciona su vida de manera extrema. Las personas que no sean de este signo y se identifiquen con esta subpersonalidad, deberán ver si Saturno se encuentra en Casa I, en el Ascendente, en la Casa IV o cerca del Fondo del Cielo, en aspecto con el Sol o con la Luna. También, la presencia de varios planetas en Virgo o en la Casa VI puede indicar una subpersonalidad fuertemente crítica. Por supuesto, el lado positivo es la elevada capacidad de discernimiento de estas personas, capaces de eliminar lo superfluo de sus vidas, lo que obstaculiza el cumplimiento de una determinada responsabilidad, necesaria para funcionar con eficiencia en la vida. El problema puede estar en la radicalización de la responsabilidad, en lo poca capacidad para permitirse errores uno mismo o a los demás, o percibir la existencia como una eterna obligación.
Por su parte, Piscis puede encarnar la subpersonalidad "saboteadora", la que se pone la zancadilla justo en el momento en que está a punto de realizar algo en la vida, un logro sea del tipo que sea. Si el crítico es un padre severo interno, el saboteador es una parte de nosotros mismos que quiere vernos fracasar, y atrae a su vida aquello que es necesario para conseguir este propósito. Muchas veces, un sentimiento de culpa asalta a las personas que tienen esta subpersonalidad, y por ello a muchos Piscis, lo que les impide hacer lo que desean. Esta culpa interna es como un susurro permanente que les dice que no merecen alcanzar lo que se proponen, por lo que la persona "prepara" inconscientemente su fracaso, eligiendo parejas decepcionantes, trabajos soñados que luego resultan estar por encima de sus posibilidades, o bien pierden la concentración en el último momento y echan a perder, por ejemplo, un examen. Este patrón puede verse en los casos en los que el Ascendente esté en Piscis, o la Luna, o bien en cartas que tengan a Neptuno en el Ascendente. La presencia de planetas en Casa XII es también indicadora de esta subpersonalidad, basada en el miedo a avanzar en la vida. Bajo este miedo se esconde la culpa, como se ha dicho, o bien la incapacidad para romper vínculos, algo que Piscis no tolera muy bien.
Hay personas que pueden llevar dentro de sí mismos ambas subpersonalidades, la del crítico y la del saboteador. Un Piscis o un Virgo con Saturno en el Ascendente, o un PIscis con el Sol en aspecto con Saturno, o un Virgo con Neptuno en la Casa IV. La auto-crítica se combina con el sabotaje interno, lo que conduce a una paralización y a dejar a la persona con pocas opciones de hacer nada productivo en su vida o que se salga de los deberes auto-impuestos. La castración de ideales suele darse con estas combinaciones, aunque un Virgo puede hacerlo por miedo al fracaso o a una desobediencia simbólica, y Piscis por su reticencia a cortar vínculos afectivos. Y, en ocasiones, cuando Virgo se pone en el lado del transgresor y del irresponsable, atrae a su vida personas y situaciones que encarnan el deber y la responsabilidad, y cuando Piscis se coloca la máscara de insensible y niega su lado más vulnerable, atrae a gente enormemente necesitada o situaciones que le requieren desarrollar dotes de "madre" o cuidador comprensivo. En estos casos, la crítica y el sabotaje proceden del exterior, por lo que la única forma de encarar estos problemas pasa por concederse caprichos y licencias (para Virgo) o afrontar su sentimiento de culpa y creerse merecedor de las cosas (para Piscis). Si bien se mira, los dos signos encubren problemáticas muy similares...