Ordenarlo todo para obtener mayor claridad
Cuándo debes utilizar este proceso
• Cuando te sientas estresado porque no sabes organizarte.
• Cuando pierdas el tiempo buscando cosas.
• Cuando evites estar en tu casa porque te sientes más a gusto en
otro lugar.
• Cuando creas que no dispones de tiempo suficiente para hacer todo
lo que debes hacer.
Tú actual Punto Fijo Emocional
El proceso de «Ordenarlo todo para obtener mayor claridad» te será
muy útil si tu Punto Fijo Emocional oscila actualmente entre:
(4) Expectativas Positivas /Creencia e (17) Ira
Un ambiente desordenado puede generar un punto de atracción
desordenado. El hecho de que estés rodeado de trabajos sin
terminar, cartas sin responder, proyectos inacabados, facturas por
pagar, tareas por hacer, montañas de papeles, revistas, catálogos y
todo tipo de objetos puede incidir negativamente en tu experiencia
vital.
Puesto que todo contiene su propia vibración y puesto que desarrollas
una relación vibratoria con todo cuanto te rodea, tus objetos
personales inciden deforma decisiva en cómo te sientes y en tu punto
de atracción.
Existen dos grandes obstáculos que te impiden poner orden: En
primer lugar, cuando por fin decides tirar algo, al poco tiempo te das
cuenta de que lo necesitabas. De modo que ahora te resistes a tirar
nada. Segundo, sabes que para organizarte como es debido
necesitarás más tiempo del que puedes dedicar a ese proyecto, pues
cada vez que tratas de hacerlo te sientes agobiado y lo dejas todo
más desordenado que cuando empezaste.
El proceso de «Ordenarlo todo para obtener una mayor claridad»
elimina esos obstáculos porque es un procedimiento que se realiza
con rapidez y sin la posibilidad de desechar algo importante que quizá
necesites más tarde.
Para practicar este ejercicio: Utiliza cajas de cartón resistentes
provistas de tapas. Es preferible que sean del mismo tamaño y color.
De esta forma podrás apilarlas y presentarán un aspecto ordenado.
Te recomendamos que empieces con un mínimo de veinte cajas, pero
puedes reunir más a medida que compruebes el poder resolutivo de
este proceso. (Hazte también con fichas alfabetizadas y una
grabadora portátil.)
En primer lugar, reúne las cajas y coloca cinco o seis en el centro de
la habitación que desees ordenar. A continuación, asigna a cada caja
un número, del 1 al 20, y así sucesivamente. Ahora echa una ojeada
alrededor de la habitación, fíjate en un objeto y pregúntate: « ¿Este
objeto es importante para mi experiencia inmediata?» Si la respuesta
es afirmativa, déjalo donde está. Si la respuesta es negativa,
deposítalo en una de las cajas. Luego fíjate en otro objeto y prosigue
con este ejercicio hasta haberte fijado en todos los objetos que hay
en la habitación.
La gran ventaja de este proceso es que no tienes que ordenarlo todo
de golpe. Se trata de un ejercicio destinado simplemente a eliminar lo
desechable de tu entorno.
Cada vez que deposites un objeto en una caja, indícalo en la
grabadora. Por ejemplo, puedes decir: «Un paquete de cuerdas de
guitarra sin estrenar, caja número uno» o «un viejo móvil, caja
número uno». Si tienes cinco o seis cajas abiertas al mismo tiempo,
te facilitará la tarea de clasificar diversos objetos. Dicho de otro
modo, puedes colocar todas las revistas en la misma caja, las
prendas de vestir en otra, objetos diversos en otra, pero no te pases.
Limítate a elegir un objeto, comprobar si es necesario para tu
experiencia inmediata y, en caso contrario, deposítalo en una caja,
registra en la grabadora qué tipo de objeto es y en qué caja lo has
guardado. Más tarde puedes dedicar una hora a trasladar la
información de la grabadora a tus fichas alfabéticas. Es decir, puedes
escribir «abanico» debajo de la A, «balón» debajo de la B, «carpeta»
debajo de la C, y así sucesivamente.
Puesto que no vas a ordenar toda la casa de una vez, este pro-ceso
es muy rápido. A medida que pongas orden en tu espacio te sentirás
mejor y no te asaltará el acostumbrado temor de no poder encontrar
algo más tarde, porque habrás tomado nota de dónde depositas cada
cosa.
Ahora, localiza una pared en tu casa o en tu garaje junto a la que
puedas colocar las cajas, con la seguridad de que localizarás
cualquier objeto importante. Si necesitas las «cuerdas de guitarra sin
estrenar», podrás comprobar en tu archivo en qué caja las has
guardado.
Al cabo de unas semanas, cuando te percates de que no has
necesitado ningún objeto de la caja número 3, por ejemplo, puedes
sacar esa caja de casa y almacenarla en otro sitio o quizá decidas
tirar lo que contiene, y así la caja número 3 estará disponible para
guardar en ella otros objetos. A medida que prosigas con este
ejercicio, empezarás a relajarte al saber que controlas tu espacio.
A veces la gente nos asegura que el desorden no les molesta.
Nosotros respondemos que en tal caso no necesitan practicar este
ejercicio. No obstante, puesto que cada objeto contiene una
vibración, prácticamente todo el mundo se siente más a gusto en un
lugar ordenado.