Luz y Sombra

A veces sentimos
que nuestro camino
está impregnado de oscuridad.

Y buscamos refugio
en la caverna
de nuestras ideas.

Es cuando vemos asombrados
aquellas figuras danzantes
que llegamos a interpretar
como la realidad.

Por eso no debemos olvidar
que si permanecemos constantemente
bajo la claridad de la luz
llegará un momento
en que no podremos distinguir
ni una sola sombra en la oscuridad.

Esa es la razón por la cual
debemos estar agradecidos
a todos aquellos momentos de oscuridad
porque son ellos
los que nos ayudan a ver
el valor incomparable de la luz.

Nosotros
somos igual que las culebras
nos desvestimos
constantemente
de nuestros nombres
aunque a veces sintamos que perdemos
una parte de nuestro ser.

Y eso es
porque debemos perder
nuestras sombras
ya que si reducimos
la esencia de nuestro Ser
a un solo nombre
nos limitaremos
al mundo de las sombras.

Y si al fín
y al cabo
todos esperamos por igual
aquél momento
en que tañen las campanas
para luego oir ese silencio
que asombra
esa sombra
sobre
la sombra
es porque nunca
perdemos la fé
en que nuestras almas
renacen a la Luz del alba
portando
una vez más
ese calor imprescindible del amor.

Mario Garcia Antelo