Esta es una meditación especialmente útil para aquellas personas que estén atravesando un momento difícil en su vida o se muestran pesimistas por cualquier causa. Se utiliza en psicología para el tratamiento de depresiones, pues ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo y favorece el desarrollo de pensamientos positivos en nuestra mente.
Para realizar nuestra limpieza interna, seguiremos los siguientes pasos:
Nos sentaremos en una posición cómoda, que nos permita mantener la espalda recta y firme, pero que no nos resulte demasiado forzada. Dependiendo de lo habituados que estemos a meditar, se puede utilizar la postura del loto, o simplemente sentarnos en una silla cómoda con respaldo. Con los ojos cerrados, nos centraremos en nuestra respiración, notando cómo el aire entra por las fosas nasales y recorre todo nuestro organismo. A medida que el aire entra, vamos a visualizar ese aire como una luz muy intensa. Es energía positiva que entra a nuestro interior a través de la respiración. Visualizamos cómo la luz recorre todo el organismo en cada inspiración, inundándolo y purificando nuestros pensamientos y nuestro cuerpo interno.
Por su parte, en cada espiración vamos a visualizar una luz negra que abandona nuestro organismo cada vez que expulsamos el aire. Es toda nuestra negatividad mental, que es expulsada al exterior con la espiración, limpiando nuestro ser interno.
Haremos este proceso de inhalar luz y exhalar oscuridad unas cuantas veces, manteniendo una respiración profunda y procurando que la espiración sea ligeramente más larga que la inspiración, ya que de este modo se favorece la relajación y la concentración. Posteriormente, nos centraremos en nuestra luz interior y visualizaremos nuestro organismo inundado de luz, como un halo único de energía. Mantendremos la atención en esa visualización durante algún tiempo, antes de abandonar suavemente la meditación y volver a nuestra rutina diaria.