Desaparecé en el baile
Olvidate del que baila, olvidate del centro del ego; volvete el baile mismo.
Así es esta meditación. Bailá de una forma tan profunda que te puedas olvidar por completo que ‘vos’ sos el que baila y empezá a sentir que sos el baile mismo. Tiene que desaparecer la división para que surja la meditación; si sigue la división, entonces es solamente un ejercicio…es un buen ejercicio, saludable, pero no se puede decir que sea espiritual; es solamente un baile -el baile en sí mismo es bueno; hasta donde llega es bueno-; después del baile vas a sentirte fresco, joven, pero no llega a ser meditación…el bailarín tiene que desaparecer hasta que solamente quede el baile…
Entonces, ¿qué hay que hacer? metete en el baile totalmente, porque cuando no estás del todo involucrado, surge la división…si te hacés a un lado y observás tu propio baile, va a seguir la división: vos sos el bailarín y vos estás bailando; entonces el baile es un mero acto, algo que estás haciendo vos; no es tu ser; por eso, sumergite completamente, fusionate en el baile, no te quedes a un costado, no seas solamente un observador, ¡participá!