Lo mejor es hacer esta meditación a la noche, en una habitación oscura, y dormir inmediatamente después de hacerla. O la podés hacer a la mañana, pero después vas a tener que descansar 15 minutos. Este descanso es necesario, si no vas a sentirte embriagado, estupefacto…
El fusionarse con la energía es oración; te cambia, y cuando vos cambiás, cambia toda la existencia…
Elevá ambas manos hacia el cielo -lo más alto son las palmas, la cabeza hacia arriba, solamente sintiendo fluir la existencia a través tuyo…A medida que baje la energía por tus brazos, vas a sentir un suave temblor -se como una hoja en la brisa, temblando…Permitílo, ayudalo…Después dejá que todo tu cuerpo vibre de energía, y dejá que pase lo que tenga que pasar…
Sentís otra vez un flujo con la tierra…La tierra y el cielo, arriba y abajo, ying y yang, lo masculino y lo femenino…-flotás, te disolvés, dejás de ser…No sos; te volvés uno…te fusionás…
Después de un par de minutos, o cada vez que te sientas totalmente pleno, inclinate hacia la tierra y besala…Volvéte un vehículo que permite que se una la energía divina con la de la tierra…
Tenés que repetir ambas etapas seis veces más, para que se desbloquee cada uno de los chakras. Podés hacerlo más veces, pero si la hacés menos veces, vas a sentirte inquieto y no vas a poder dormir.
Dormite en ese estado de oración…Nada más dormite y va a estar la energía ahí…vas a fluir con ella, mientras caés en el sueño… Vá a ayudarte muchísimo, porque la energía vá a rodearte toda la noche y vá a seguir trabajando…A la mañana vas a sentirte más fresco que nunca, más vital que nunca; un nuevo clima, una nueva vida va a empezar a penetrarte, y vas a sentirte así todo el día…lleno de una nueva energía, de una nueva vibración; vas a sentir una nueva canción en tu corazón y una nueva danza al caminar…