“Tales son los resultados de la oración de que yo tengo conocimiento cierto. Lo que sabemos ya en forma segura es que la oración produce efectos palpables. Por muy extraño que esto pueda parecer, debemos considerar como real que quien pide recibe y que siempre se "abre la puerta" a quien "golpea".”
Cuando la palabra queda sin poder, nuestro ejemplo sin autoridad, nuestra ternura sin penetración, podemos urdir todavía en favor de las almas la misteriosa conspiración de la oración y obtener aquello que nuestro empeño no pudo lograr.
MONSEÑOR GIBIER
Es preferible rezar con el corazón sin encontrar palabras, que hallar las palabras sin la adhesión del corazón.
MAHATMA GANDHI
No solo recibimos fuerzas o vibraciones orando, sino que también atraemos fuerzas o vibraciones con nuestro accionar, con nuestros sentimientos y nuestros pensamientos.
En nuestro mundo, por falta del verdadero conocimiento espiritual necesario, atraemos constantemente fuerzas negativas mediante los pensamientos y deseos de mal, odios, rencores, celos, envidias, egoísmos, engaños, dudas, temores, ambiciones y esas fuerzas o vibraciones negativas presionan y penetran en nuestro ser, perjudicándonos espiritual y físicamente, llegando a veces a conformar enfermedades, que no es fácil remediar por medios físicos únicamente ni tampoco por medios espirituales solamente, pues la materia puede ya estar tan perjudicada que necesite asistencia médica para su restablecimiento; pero si la atención y la mejoría son sólo físicas y no se remedia la parte espiritual, o sea la causa, la materia volverá a enfermarse.
Es necesario tener en cuenta que si nuestra fe flaquea y damos entrada a la vibración negativa de la duda, no nos es posible atraer las fuerzas positivas y, por lo tanto, nunca llegaremos a sentir sus efectos en nosotros ni a comprobarlos en aquellos para los cuales oramos.
Es necesario que al iniciarnos en un verdadero camino espiritual sepamos que las fuerzas negativas tratarán mientras les sea posible, de impedir nuestro acercamiento a las personas y lugares donde podamos recibir las fuerzas positivas que nos ayuden en lo pedido; en consecuencia ponen, en un principio, inconvenientes físicos y espirituales, llegando a conformar en nuestra propia mente pensamientos de duda y de rechazo, que si no estamos advertidos podríamos aceptar como nuestros, para alejarnos del maravilloso Camino de la Verdad.
Cuando nos asalte un pensamiento negativo debemos analizar si realmente es nuestro, es decir, si somos capaces de pensar de esa manera: caso contrario debemos desecharlo, pues no es más que vibraciones negativas que pretenden infiltrarse.
extraido de
http://amanecerespiritual.tripod.com/capitulo10.htm