Los cristales, con su enorme variedad y belleza, han fascinado a la humanidad desde tiempos remotos, sin embargo siempre han existido personas que sienten una especial sensibilidad y que tocando los cristales son invadidos por una sensación de trance o “iluminación”. Este hecho se ha traducido en aplicar los cristales a artes adivinatorias como el tarot.
Los cristales se emplean para armonizar los chakras, para eliminar energías negativas, para mantener la armonía corporal, etc. y en la actualidad no están excluidos de la curación y de la adivinación, ya sea a través de los propios cristales, o acompañados de cartas de tarot. Nadie duda a estas alturas del poder de los cristales, pero hay que tener en cuenta que por sí solos no van a darnos todas las respuestas.
Los cristales han sido y siguen siendo herramientas al servicio de la persona que los utiliza, y eso, además de ser una responsabilidad, representa tener unos conocimientos y haber desarrollado una sensibilidad especial. Los cristales no pueden por sí solos cambiar aquello que no queremos, pero partiendo de la premisa de querer cambiar algo de nosotros o saber nuestro futuro, son sin duda objetos muy valiosos. Las personas que en la actualidad se dedican al mundo del tarot y la videncia, además de los cristales o piedras, utilizan las tiradas de cartas de tarot, pues cuando se trata de desvelar el futuro, el/la tarotista, se siente más seguro/a “visualizando”conjuntamente los cristales y la posición de los arcanos del tarot. Por otro lado, los cristales también tienen relación con un signo zodiacal, de ahí su relación directa o indirecta con las cartas del tarot y los planetas.
Es recomendable por tanto, realizar las tiradas de tarot acompañadas con cristales previamente ritualizados para así conseguir una interpretación del futuro libre de incertidumbre.