Aunque los Ángeles siempre están a nuestro lado y siempre nos dan su luz, ésto no siempre se hace evidente ante nuestros ojos.
Si nosotros queremos que ellos participen en nuestra vida de manera activa, y sobre todo de manera que nosotros lo notemos, debemos hacerles una invitación abierta, es decir, en voz alta o mental hablarles y decirles que deseamos que se manifiesten ante nosotros de manera perceptible. Ellos no lo harán si nosotros no dejamos en claro nuestro deseo, ya que ellos respetan nuestro libre albedrío y si una persona no lo desea, ellos no irrumpirán en nuestra vida sin permiso. Una vez que hemos hecho este llamado, el contacto se hará visible ante nosotros, y bastará nuestra fe para empezar a vivir dentro del milagro.
Los Ángeles pueden manifestarse de muchas maneras, puede ser por medio de sueños, dentro de nuestras meditaciones, en medio de una oración, por medio de coincidencias, por oportunidades no buscadas, por ayudas repentinas, etc.
Cuando les pedimos a nuestros Ángeles que se manifiesten ante nosotros, debemos estar atentos a todo cuanto sucede a nuestro alrededor, porque cada suceso puede llevar impresa la luz-guía de nuestro Ángel. Muchas veces esperamos sucesos enormes, llamativos, estruendosos, pero no es así, un Ángel se comunica con nosotros de una manera sutil, nos susurra al oído, el amor siempre está presente y siempre será de manera suave, tierna y sutil.
Su ayuda siempre será acorde con nuestro desarrollo personal, no esperes sacarte la lotería y saltar a la fama de la noche a la mañana. Dentro de nuestro desarrollo también está nuestra vocación, nuestro trabajo, creatividad y capacidad de resolución de problemas.
Si nuestros Ángeles saben que el dinero impedirá que se desarrollen estas partes de nosotros… no nos lo harán llegar. Los Ángeles no están conectados con los juegos de azar o los premios sorpresivos, te puede llegar mucho dinero, si, siempre y cuando vaya de la mano con tu realización personal, es decir, por lo general será tu trabajo quien te abra el canal de prosperidad, y esto no será un golpe de suerte, serán frutos eternos.
Abre tu corazón a los Ángeles, para tener siempre la capacidad de escucharlos y percibir en cada instante donde han dejado su huella, su luz y su guía