¿QUÉ ES MEDITACION? La meditación no se trata de entrar en estados alterados. Los estados alterados no duran. Se trata de intimar con este estado, este momento presente, este día, este Ahora, sus texturas, sabores, vibraciones, contracciones y dolores. La meditación no es una experiencia extracorporal. Es lo contrario. Es una experiencia completa del cuerpo y sus sensaciones siempre cambiantes, sus nubes amorfas de escalofríos, cosquillas, ondulaciones y pulsaciones, latidos, chisporroteos, su dolor y su placer, su apertura y cierre, su forma siempre cambiante. La meditación no siempre te hace sentir "bien". En la meditación, te sientes exactamente como te sientes y aprendes a amar eso, o al menos a permitirlo, o al menos a tolerarlo un poco más de lo que lo hiciste ayer. La meditación te hace sentir más como ... tú. La meditación no se trata de llegar a ninguna parte. Se trata de descubrir que no hay ningún lugar adonde ir. Que ya estás en casa y que tu cuerpo es la base de todos los terrenos. Se trata de descubrir la verdadera seguridad en los pies, en las manos, en la boca del vientre. Se trata de encontrar un santuario en tu pecho, un santuario sagrado entre tus ojos, una amiga amorosa en el aliento, una madre en los lugares sin madre. La meditación no es algo que hagas con tu mente. En la meditación, la mente se relaja en el corazón, la búsqueda se relaja para encontrar, e incluso la ansiedad más intensa encuentra su hogar. No puedes hacer que suceda, pero puedes caer en ello. La meditación no es para expertos ni para los que saben. La meditación es para principiantes absolutos, aquellos que están dispuestos a afrontar su experiencia actual con ojos curiosos y abiertos. La meditación es un campo de amor, un terreno siempre presente de seguridad, presencia y quietud, que recuerdas, olvidas o recuerdas de nuevo. La meditación nunca te abandona. Te susurra en la quietud de la noche. E incluso en medio de un sistema nervioso activado, un ataque de pánico total, claustrofobia sofocante o la necesidad de salir de tu cuerpo ... la meditación está ahí, abrazándote, amándote, besando suavemente tu frente, deseando que sigas. No te abandonará y, en última instancia, no lo abandonarás. Y cerrando los ojos para dormir por la noche, la meditación está ahí, acurrucándose junto a ti. Tu suave almohada, el ascenso y descenso de tu propio aliento delicioso, una ligera brisa que entra por la ventana, ese sentido del Ser de mil millones de años ... Estás a salvo en tu propio cuerpo, mi amor. Estás seguro.
- Por Jeff Foster-