Nemesis CO-CREADOR@
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| Tema: Conocé los misterios del cuadro de Cristo Vie Nov 02 2018, 23:17 | |
| Desde tiempos inmemoriales, para el ser humano, la fuerza de la fe y lo sobrenatural se han manifestado muchas veces a lo largo de su historia. Estos hechos, inexplicables, se repiten, sorprenden y generan diferentes sensaciones. Por eso vale la pena conocer el asombroso relato de Eduardo Maggi, un artista plástico de 76 años que, aunque siempre estuvo ligado a la fe, jamás creyó que sería testigo directo de un milagro.Su testimonio brinda detalles de los eventos sobrenaturales que acontecieron luego de que el pintor realizara un cuadro con la imagen de Jesucristo.La historia de Eduardo comienza en 2005, en una noche de verano como cualquier otra, en la que tuvo un sueño que cambiaría su vida para siempre: "Aquel sueño para mí fue muy especial. Me encontraba en una etapa difícil de mi vida, no creo que haya sido una casualidad que sucediera justo en ese momento. Esa noche vi a Jesús, lo sentí muy cerca, él me habló" cuenta Maggi.Desde entonces, el artista de la localidad bonaerense de San Martín se propuso crear una obra que retratara a Cristo, tal como lo había visto en su sueño. Pero el proceso no sería nada fácil, diez años pasarían hasta que pudo tomar el pincel y pintar uno de los cuadros más importantes de su vida.Larga espera Eduardo y su mujer Nilda se acercaron a la iglesia evangelista a mediados del 2000, cuando ambos estaban bastante enfermos. Luego de participar en los días de oración, comenzaron a sentirse mejor y los diagnósticos desalentadores desaparecieron.Si bien respetan otros credos, la iglesia evangelista tuvo un rol muy importante en su vida, y fue bajo su consejo que demoró la realización de la pintura en cuestión, ya que argumentaron que podría traerle mala suerte a él y a sus seres queridos."Aunque muchas veces pensé que tal vez le faltaba el respeto, las ganas de hacerlo fueron más fuertes que cualquier prejuicio", expresa el pintor que supo ser el último discípulo del gran maestro Benito Quinquela Martín.Todo un día de trabajo le llevó pintar el óleo que recrea la figura de Jesucristo tal cual se le apareció en su sueño: "Siempre pensé en hacerlo idéntico, pero no sé si llegué a lograr la bondad de su expresión. Elegí colores tostados y el contraluz en la cara. Me hizo muy feliz pintarlo y al terminarlo sentí algo extraño y maravilloso a la vez. Es el único cuadro que no me atreví a firmar sobre la obra, sino en el reverso, como una forma de respeto”, detalla Maggi.Una vez terminada, la imagen sagrada quedó sobre una pared de living de su casa en San Martín. A partir de ese momento comenzaría la serie de eventos milagrosos.Señales "Una tarde, a los pocos días de haber concluido el óleo de Cristo, llegó de visita mi sobrino Juan. Es un chico que tiene algunos problemas personales debido a su adicción al alcohol. Me vino a ver porque se encontraba muy angustiado y sin saber qué hacer. Me dijo que no se sentía bien y enseguida, casi sin pensarlo, le respondí: ‘Pedile a Cristo que te ayude, ahí lo tenés’, y le acerqué la imagen que yo mismo había pintado. ‘¿Te parece, tío?, me preguntó y de inmediato se detuvo a observar el cuadro para elevar después su pedido de ayuda. Pensé que iba a recordar ese instante como una anécdota más, pero no fue así. Al día siguiente Juan volvió y me dijo que era otro, que algo había pasado en su cabeza y que se había levantado con otro ánimo y con muchas ganas de salir adelante. ‘Es un milagro’: me repitió varias veces la misma frase. A mí me impactó, me llenó de alegría e hizo que expresara el agradecimiento y la fe al dirigirme a esa misma imagen que había creado días atrás”, cuenta Eduardo.La segunda señal vino poco tiempo después, cuando el artista se acercó al cuadro para pedir por la recuperación de una de sus mascotas, que había sufrido una herida muy grave en una de sus patitas: "el gato se llama Blancucho, es bastante viejito y estaba muy lastimado. Sé que es muy difícil de explicar, pero le pedí a Cristo que lo cure y así fue. Cuando me volví a acercar al gato parecía estar bien, como si nada hubiera pasado. Lo revisé detenidamente y su patita estaba sana. Me invadió un sentimiento de agradecimiento y asombro", relata con emoción.Pero los acontecimientos no terminarían allí, Eduardo, que en el 2015 ya había brindado una nota al diario Crónica; fue contactado por un lector del suplemento Paranormal. Mario Guerra acudió al pintor luego de leer el artículo en el que se presentaba la historia de fe que envolvía al cuadro en cuestión. Su situación era desesperante: un tumor cerca del cerebro ponía su vida en peligro, y luego de comunicarse con la redacción de Crónica, logró ponerse en contacto con el artista y programar una visita. Conmovido, Guerra tocó la pintura y en silencio pidió por su recuperación.Días después debía realizarse un estudio de control, pero una vez más, la fuerza de la imagen de Cristo había intervenido, el tumor había abandonado el cuerpo de Mario. Cuestión de fe Después de presenciar los milagros ocurridos, el pintor asegura que todos los días se acerca al cuadro y lo toca, le da fortaleza para seguir adelante.“Puedo asegurar que mi vida cambió, soy otro hombre. La presencia de Cristo a través de esa imagen me da tranquilidad, paz, alegría, y nada puede cambiar eso. Aunque cueste creer, es la realidad. Uno de mis hijos me dijo que eran sólo casualidades, él no cree demasiado en estas cosas, pero el mayor lo tomó con más seriedad. Es una experiencia única, que se puede explicar a partir de la fe en Dios y sus misterios. Si le piden que los cure y los proteja, estarán en su prodigioso camino”, finalizó diciendo Don Eduardo, cuyo pincel dio lugar a esta obra pintada con los colores de un milagro.
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