Muchas veces me siento como una diosa
todopoderosa
omnipotente
superior
absoluta
a la cual rendir pleitesía y vasallaje
como un demiurgo amenazante y provocador.
Pero luego me caigo
y me doy cuenta de que mi cuerpo se rompe
sangra
sufre
se desgarra
en una vorágine autofagista.
Y que solo soy una humana más.
Pero es que es tan fácil sentirse un dios
cuando vives rodeado de ídolos
que te atrapan en su estela de sacrificios...
Quiero renunciar a mi humanidad endeble y manipulable
expulsada de un entorno que ya no le puede ofrecer nada más.
Dejar de aliarme en manadas que exudan soledad
huidizas, débiles e inseguras.
Y ser libre.
Eres lo que piensas. Vives como eres.