Son semejantes a los decretos pero tienen una mayor elaboración. Para que un tratamiento espiritual sea completo debe contener cinco elementos:
1) Reconocimiento: Se deben reconocer una o más características de Dios en lo que se desea manifestar. Por ejemplo, si se va a hacer un tratamiento para encontrar amor, se debe comenzar afirmando "Dios es Amor". Si quiero superar problemas económicos, afirmo: "Vivo en un Universo de Abundancia".
2) Unificación: En este paso se debe reconocer que Uno es parte de Dios o del Universo. Siguiendo los ejemplos anteriores, debo reconocer mi capacidad de amar o mi aceptación de la abundancia. Por lo general, se utiliza una afirmación que comienza con "Yo Soy..."
3) Realización: Aquí se incluye el decreto de lo que se quiere manifestar. "Encuentro la amorosa y perfecta pareja para mi" o "Mis ingresos aumentan día a día".
4) Agradecimiento: Este paso es muy importante en el proceso. Es un acto de Fe por el cual se agradece por adelantado aquello que se está pidiendo, como si ya estuviera concedido.
5) Liberación: Etapa en la cual se entregan todos los pensamientos a la Ley del Universo para su manifestación. A partir de entonces no se habla ni se piensa más en el asunto. Se confía plenamente en la Ley que todo lo manifiesta en el momento justo y necesario. De acuerdo con este paso, uno no debe quedarse esperando ver el resultado sino continuar la vida cotidiana normalmente. En este último paso se demuestra nuestro grado de Fe y Confianza en el proceso de la vida.
Estos cinco ingredientes que componen el Tratamiento Espiritual pueden ir ubicados en diferente orden. Lo importante no es la secuencia sino que estén presentes.
Ejemplo de Tratamiento Espiritual para la "Prosperidad"
1) La abundancia del Universo se manifiesta en forma constante, permanente e inagotable.
2) Yo Soy parte de este gran Universo y estoy receptivo a todo lo bueno para mi.
3) Por eso, hoy acepto mi prosperidad económica y la veo manifestarse en armonía con mi vida.
4) Doy gracias por todo lo que se me concede ahora... y por todo lo bueno que viene a mi vida, que sé que es mucho y abundante.
5) Entrego todos mis pensamientos y palabras a la Ley que todo lo manifiesta en el momento justo y necesario. Hecho está. Y así es. Amén, Amén, Amén.
El Tratamiento Espiritual no elimina el trabajo que se hace con afirmaciones, sino que lo complementa. Se pueden hacer tratamientos para ayudar a otras personas, reconociendo y afirmando el bien que se merecen. En este caso, se debe estar seguro de que la otra persona lo desea y tener su consentimiento, ya que no podemos ir en contra de su voluntad o libre albedrío.
El gran enemigo de estos instrumentos metafísicos se escribe con cuatro letras: duda. La duda provoca la disolución de la fuerza puesta en los tratamientos, afirmaciones o decretos La duda tiene su raíz en la ideas de no merecimiento, en el miedo y en la baja autoestima.
Todos tenemos cierto nivel de dudas y miedos; por lo tanto, todos tenemos nuestro trabajo personal por hacer. En este proceso se debe ser muy amable con uno mismo, darse tiempo para implementar los cambios y ser paciente hasta incorporarlos.
La duda es una servidora del ego y te recuerda que tienes que optar entre ideas que se contradicen entre sí, creando un caos y conflictos internos que no te llevan a ninguna parte.
Es normal sentir dudas cuando empezamos a elegir nuevos pensamientos; pero una vez que elegimos ¿cuál seguir?, tenemos que trabajar hasta hacer desaparecer todo vestigio de duda en nuestro interior.