Dormir y descansar forman parte de los ritmos de la naturaleza, como los ritmos del sol y la luna. Nuestro reloj corporal depende también de estos ciclos, y nos marca la necesidad de hacer una siesta. Para tomar ese descanso tan preciado y fundamental durante el día deberá tener en cuenta que:
Tiene que ser corta: más de treinta minutos hará que nos levantemos atontados y más cansados.
No hay que meterse en la cama: un sofá, una hamaca o una silla cómoda son indicados para un breve descanso.
Las ventanas abiertas: son lo mejor para lograr una buena ventilación, o mejor aún, al aire libre.
Ayudar a la digestión: dormir la siesta facilita el proceso digestivo, ya que el cuerpo sólo tiene que preocuparse por cumplir esa misión.
Prestar atención al reloj biológico: si puede realizar una siesta corta cada uno debe escuchar lo que le indique su reloj corporal.
No confunda siesta con pereza: un buen descanso es un estímulo perfecto para mantener el ritmo.