Decidir adelgazar es ir más allá de perder grasas y toxinas acumuladas en tu cuerpo; se trata también de eliminar y depurar patrones y hábitos mentales arraigados a nuestra conducta y descubrir problemas y carencias emocionales que hemos de resolver.
Aceptación de nuestro cuerpo es el primer paso; querernos, crear seguridad en nosotros mismos y ahí encontrar esa fuerza intrínseca que nos ofrece la potencia de llegar a donde deseas.
Más allá de como te ves, está lo que tú eres.
Cuestionate por qué quieres adelgazar, si crees que te van a querer más, si vas a tener más éxito, para qué, ¿para quién quieres adelgazar?¿qué estás ocultando tras la comida?
Crea tu objetivo de una forma clara y honesta, has de saber tu propósito y los beneficios que vas a obtener, ello va a fortalecer tu voluntad. Debes saber que para llevar a cabo tu propósito con éxito has de generar cambios. Cuerpo y mente van unidos, sino cambias tu mentalidad tu cuerpo no te va a ofrecer cambios.
Empieza a analizar tu sobrepeso: comes demasiado, tu ansiedad te lleva a engullir, tu dieta no es la adecuada, no te mueves lo suficiente...
Identifica los pensamientos que van en tu contra: si sigues pensando y diciendo a menudo que no tienes voluntad, no la vas a tener; si dices "yo soy así", pierdes...
Identifica también las emociones vinculadas a la comida: ansiedad, placer, rabia, culpa, ... pues van a crear pensamientos en tu contra. Sentir culpa después de comer, creer que eres una persona descontrolada, calmar tus ansiedades, criticarte... Todo ello son emociones y pensamientos que te hacen caer en frustración y desánimo.
Debes elegir pensamientos que te ayuden a obtener tu meta, aceptar que estás en un proceso de conseguir lo que quieres, cambiar esas emociones que te perjudican, ser compasivo y motivarte. No caben ni la culpa ni el castigo si alguna vez cometes un exceso.
"Cada día estoy más delgada" "me siento feliz de comer sano" "me siento ligero y saludable" "amo mi cuerpo saludable"...
Busca una foto tuya en la que estás con el aspecto que quieres conseguir, y ponla a tu vista, mírala a menudo; imagina lo alegre y feliz que estás alcanzando tu deseo... y así, paso a paso vas cambiando tus pensamientos y tu cuerpo responde al unísono.