Para que podamos llegar a la quietud de pensamientos es de gran utilidad practicar la concentración.
Consiste en mantener la mente fija en un lugar concreto durante un tiempo.
Mejor realizar la práctica en un lugar tranquilo y a primeras horas de la mañana o al caer la tarde.
Se empieza por relajar el cuerpo físico y después centrar la mente en algo concreto: un símbolo, una vela, en tu corazón, en tu respiración,...
Has de actuar de forma indiferente a los pensamientos que te lleguen; no forzar la situación, no insistir en alejarlos porque sino habrá resistencia; solo debes actuar de forma indiferente, no dejarte llevar por ellos.
Los pensamientos continuarán asediando tu mente, aunque cada vez menos, con menos fuerza. Y con la práctica se desvanecerán por sí solos.
Los pensamientos reprimidos o eliminados se volverán a manifestar pero tu perseverancia los callará.
Práctica y paciencia.
Tu actitud debe ser de tranquilidad, de paciencia y de mucho positivismo; ello nos ayudará con las influencias externas.
La práctica te llevará al hábito y ello hará que la negatividad pierda fuerza.
Aparece la confianza en tus posibilidades. Y cuando las dudas te invadan, las afirmaciones te pueden ser herramienta muy útil.
"Lo consigo" "Todo es posible en mi vida" "Lo que me propongo lo logro" "Tengo capacidades que me ayudan a conseguir lo que quiero"
Los logros llegan cuando uno se lo propone firmemente. Una fuerte determinación te llevan al éxito en la conquista de tu mente.
¿Nos concentramos?