Si tú crees que tu pareja está demasiado encima de tu hijo, eso quiere decir que tú no estás asumiendo el papel que te corresponde. “Es que si no lo hago yo, no lo hace nadie”. No lo hagas y verás cómo lo van a hacer. Ah, pero igual no lo hacen a tu gusto y eso es otra historia. Eso se llama control. Yo quiero que los demás hagan aquello y además como yo quiero que lo hagan. Este es el problema. Entonces como no lo hacen como tú quieres que lo hagan, vas y lo haces. Y así va todo. ¿Ya te ocupas de vivir tu vida?. “Estoy en ello”… ¡Otro que lo intenta¡ ¿Qué quiere decir estar en ello?. No hay otro, eres tú. Hay que integrar esto, aunque te duela, acéptalo.
La realidad que tú estás creando constantemente te puede resultar incómoda, hasta dolorosa y hasta te puede poner enferma, pero el día que comprendas que esa realidad, que los enemigos con los que luchas eres tú, aquel día integrarás, aquel día te curarás. Y esto no hay un como: “caminante no hay camino, se hace camino al andar y al volver la vista a tras verás la senda que nunca volverás a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en el mar”.
Tú siempre verás el reflejo de tu totalidad, tú siempre verás el positivo y el negativo de ti. Y verás lo positivo de ti que te gusta o te molesta y lo negativo de ti que no lo quieres ni ver. Eres tu el que te fijas solamente en unos detalles. Por ejemplo, tú te miras en el espejo, cada mañana cuando te miras, ¿ves lo mismo?, ¿te ves igual?. No, y qué cambia. Siempre verás el reflejo de tu estado de ánimo, siempre verás aquello que tienes que sanar. Entonces, qué tienes que sanar tú ahora mismo.
Tú tienes dos excesos. Tú puedes estar muy alegre por algo y estar muy triste por otra cosa. Y esto es lo que debemos aprender. No debemos permitir que las frecuencias de alegría sobrepasen cierto límite y las frecuencias de depresión sobrepasen ciertos límites. Dicho de otra manera, nos deberías mover en un umbral hasta tal punto que las altas frecuencias de felicidad vayan bajando, las de depresión vayan subiendo y donde se encuentran sea una línea, la unidad. Que la única línea sea la unidad porque comprenderás que en la unidad no existe ni el dolor ni la felicidad. Eres tú, un cocreador de Dios.
Siempre nos estamos proyectando en los demás. Vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro. Siempre estamos viendo el pecado en el otro, cuando el pecado está en nosotros. No es que esté el pecado en nosotros sino que lo hemos condenado previamente en nosotros.
Si recibes desamor, te preguntas por qué no te amas, si recibes rechazo, te preguntas por qué te rechazas, qué aspectos de ti rechazas. Tu hermano es el espejo en el que ves reflejada la imagen que tienes de ti mismo mientras perdure la percepción. Las interpretaciones que haces de las necesidades de tu hermano son las interpretaciones que haces de las tuyas propias. Esta es la idea. Si queréis aplicar la terapia del espejo en vuestras vidas, esta es la idea.
Aquello que tu veas que al otro le hace falta es aquello que te hace falta a ti. El
consejo que das al otro es el consejo que te hace falta a ti. La acción que haces para el otro es la acción que necesitas hacer para ti. Y así sucesivamente.
- No soporto que me mientan, me pone enferma.- ¿En qué te mientes a ti mismo?
- “No soporto la infidelidad”.-¿En qué soy infiel conmigo misma?
- “En no hacer muchas veces lo que quiero hacer”.- ¿Cómo vas a saber que progresas? Pues en la medida que veas infidelidad a tu alrededor y no te ponga enferma. Igual el otro es infiel pero llegará un día que te importará un comino. Entonces ya eres fiel a ti misma.
- ¿Qué es lo que no soporto?
- ¿Qué es lo que me pone enfermo?
- ¿Qué es aquello que me saca de mis casillas?
- ¿Qué es aquello que me altera?
- ¿Qué es aquello que me quita la paz interior?
Esto es para lo que sirve el espejo. Esto es la
aceptación. Entonces si yo acepto la infidelidad de la persona que me hace de espejo y la acepto porque comprendo que él es el espejo en el cual me muestra que yo soy infiel a mí misma, a eso se llama aceptación.
¿Qué es lo que no me gusta de él?. Esto que no me gusta de él es lo que no me gusta de mí.
Por Enric Corbera