Es sano sentirnos valorados y que los otros aprueben nuestra apariencia, talentos, conductas, logros, casa, hijos y hasta la pareja. Sin embargo, no se debe confundir el sentirse amado sólo si eres aprobado en lo que sientes, dices, haces y tienes.
Si desempolvas tu infancia, tal ves observes que aprendiste a obedecer y complacer a tus padres y otros significativos; como una manera de conseguir afecto y aprobación, pero a medida que maduramos y crecemos, obviamente ese adulto debería lograr separar el verdadero amor de la imperiosa necesidad de complacer a los otros, ya que de lo contrario, se corre el riesgo de transformarse en una marioneta, cuyos hilos los mueven los demás.
Esta forma de proceder despoderiza a la persona, quien no sólo comienza a marchar al ritmo de los otros, dejándose llevar por los demás y arriesgándose a perder totalmente el sentido de su vida.
Es por ello que conviene retomar el poder de tu vida, fortalecer tu autoestima, recuperar tu libertad para decidir cómo actuar, en lugar de responder a las necesidades y exigencias de los demás.
Recuerda que el amor debe ser incondicional, es decir, los otros deben amarte y aceptarte tal cual eres, sin demandas ni exigencias, pero somos nosotros los que marcamos los límites en toda relación.
Cada ser humano es único, con una misión que cumplir, con un proyecto de vida, por ello no debemos permitirle a nadie arrebatarnos la aventura de vivir, de ser autónomos, libres y capaces de trazar el destino de nuestras vidas.
Para ello hay que mirarse adentro y potenciar el poder superior que habita dentro de cada uno de nosotros. Recuerda que el mejor uso que puedes darle a tu vida es amarte. La mejor expresión de ese amor es dedicarte tiempo y el mejor momento es ahora.
Y desde ese lugar, retomo las palabras de Jesús: "ama a tú prójimo como a ti mismo". Ciertamente, la vida sin amor no tiene sentido, por ello, ayuda, sirve, colabora pero piensa en ti primero; si tu no te amas y te valoras, no podrás dar ni apoyar a otros de manera sana y equilibrada.
No esperes más, reflexiona y toma el control de tu vida ahora.
por FRANCA TREZZA