Habla de ti. Expresa lo que te molesta sin hablar acerca de lo que el otro hizo o debería hacer. No uses el momento para quejarte de otras cosas. Enfócate en la situación actual y evita hacer comentarios personales, mejor dirígelos a la acción o al comportamiento que te molesta.
Ponte en el lugar del otro. Si actúas con empatía al momento de reconocer la dificultad que el otro experimenta para hacer cambios, a este le será más fácil estar dispuesto a intentarlo. Expresa tu comprensión.
Evita estar a la defensiva. Muéstrate interesado en escuchar lo que el otro quiere expresar, sin sentirte agredido personalmente por sus comentarios. Piensa en que está dándote una información que puede ayudarlos a entenderse mejor. Mantente abierto y receptivo en todo momento.
Conoce sus emociones. Es importante preguntarle a nuestra pareja cómo se siente, de qué manera le afectan nuestros comentarios y comportamiento. Estar dispuestos a conocer y aceptar las emociones que experimenta nos ayudará a conocerle y a comprenderle mejor.
Muéstrate dispuesto a crear acuerdos. En lugar de presionarse o exigirse un cambio definitivo usando el pasado o el recuerdo de cualquier intento fallido, pregúntense qué cree cada uno que pueden hacer para aportar una solución al conflicto. Qué estas dispuesto a hacer tu para solucionarlo... Expresarlo abiertamente, sin justificar tus fallas y mostrándote interesado en resolverlo, puede motivar al otro a expresar su interés y su compromiso de hacerlo.
Reconoce su iniciativa. Reconoce y agradece el esfuerzo que hace o está dispuesta a hacer la otra persona, para cambiar sus hábitos, actitudes o comportamientos, con la intención de mejorar la dinámica de la relación entre ustedes.