Llegó el fin. El fin de la excusa:
No tengo fuerza de voluntad… para hacer esto o aquello.
Nadie nace con fuerza de voluntad. Quien no la tenga la puede desarrollar, salvo en casos excepcionales. Y el resto podemos progresar en su manejo para
conseguir nuestros objetivos, que es lo que a todos nos interesa.
Lo que necesitamos para desarrollarla es práctica y paciencia. Cosas que a muchos nos echan para atrás, porque nos suena a hacer un esfuerzo soberbio y a largo tiempo antes de ver resultados.
Pero
no tiene porqué ser tan duro. Apuntemos algunas ideas para facilitar esa práctica.
1. Elabora un plan
Esboza tu plan. Sí, ponlo por escrito.
Sea cual sea tu objetivo, traza un plan de ruta para llegar a él: ¿Cómo voy a cuadrar mi rutina de ejercicios en mi día? ¿Qué ejercicios en concreto voy a practicar? ¿Cuántos minutos?
Establece una estrategia. Improvisar sobre la marcha es menos efectivo.
Yo lo hago, por ejemplo, con mis objetivos de escritura: Decido lo que voy a hacer, cuándo, por cuánto tiempo y de qué manera. Así, cuando llega la hora, me cuesta menos empezar.
2. Identifica tus tentaciones
Llámalas tentaciones, debilidades, distracciones o como gustes.
Observa cómo te afectan y no niegues el poder que tienen sobre ti.
Por ejemplo, no le das importancia a interrumpir tu trabajo para visitar con frecuencia Facebook. Según tú, podrías trabajar de corrido si quisieras. Pero no ocurre así, porque esa distracción te engancha más de lo que a ti te parece.
O, estando a dieta, se te da bien controlar el consumo de galletitas y otros tentempiés. Con el helado, no pasa igual. Es tu punto débil.
Identifica bien cuáles son esas tentaciones según tu objetivo y características personales. Tenlas claras.
3. Evita las que puedas
Ya que sabes cuáles son, evítalas para no desperdiciar energías:
Es más fácil evitar una tentación que resistirse a ella. Y, si no puedes evitarla, póntela difícil.
Ejemplos:
- Si Facebook te distrae mientras trabajas, bloquéate el acceso en ese rato.
- No traigas helado a casa y así no sucumbes.
- ¿Vas a una tienda donde sueles gastar mucho? Llévate el dinero justo.
Evita todas las que puedas, porque eso te ayudará con el punto que sigue.
4. Tolera las situaciones incómodas
Habrá momentos incómodos. Ocasiones en las que te sentirás frustrado, triste, ansioso, aburrido, etc. Y, como humano que eres, querrás evitar el dolor o la incomodidad.
Querrás quedarte en la cama cuando haga mucho frío. Querrás comerte tú solito un barreño de helado. Querrás hacer a un lado el trabajo y pasarte la tarde con los amigos de Internet, etc.
Querrás, pero no lo harás. No sucumbirás. Y,
cada momento de éstos que venzas, más resistente te hará ante esas situaciones.
Claro que
no tienes que vencerlos absolutamente todos. Puedes disfrutar de tus tentaciones preferidas
con moderación y en momentos que tú elijas.
(Salvo que estemos hablando de adicciones, por ejemplo. Si tu objetivo es dejar de fumar, habrás de vencer las tentaciones una tras otra. Y cada vez, eso sí, será más llevadero.)
5. Supera los errores y sigue adelante
Muchas personas, después de hacer bien todo lo anterior,
se quedan atascadas cuando cometen un traspiés. Sólo por eso creen que no van a tener fuerza de voluntad para seguir.
Sin embargo,
los errores son parte del camino. Y muy buenos instrumentos para tomar nota de ellos.
Cuando sucumbas a la tentación o fracases, míralo como algo natural, porque es parte del proceso. Aprende qué ha ido mal y vuelve a tu objetivo mañana, con el propósito de no caer en lo mismo.
5. Recuerda el objetivo final
No pierdas de vista el premio gordo. Recuérdate a menudo cuál es tu meta y porqué haces lo que haces.
Eso te ayudará a vencer las pequeñas tentaciones y a seguir adelante cuando cometas fallos.
Y jamás envidies a los que tienen fuerza de voluntad, un autocontrol impresionante o como tú lo definas. Ellos ponen en práctica lo anterior y
tú también puedes hacerlo.
http://tusbuenosmomentos.com/2015/04/ideas-desarrollar-fuerza-voluntad/