La
paz interior muestra la serenidad, la tranquilidad de ánimo y la toma de conciencia que es tan importante en el día a día para vivir en plenitud. Esta paz interior es una semilla emocional que se cultiva a través de hábitos saludables. ¿Cómo reforzar esta serenidad?
Establecer espacios diferenciados
El contraste de
espacios, la vinculación de una rutina determinada con un lugar concreto ayuda a establecer un orden en la realización de las tareas.
Esta separación de
espacios siempre es importante pero todavía más cuando un trabajador tiene la oficina en casa al trabajar en la modalidad de teletrabajo. En ese caso, es importante tener una estancia de la casa específica para la realización de las tareas profesionales.
Las emociones desagradables también son positivas
Existen personas que experimentan una
perturbación emocional por sentimientos tan humanos como la envidia, los celos, el rencor, el resentimiento, la tristeza… Aceptar estos sentimientos y buscar una forma terapéutica de canalizarlos como vía de expresión saludable, es un paso importante para cultivar la serenidad y la paz interior.
Refuerza la contemplación estética
Mirar no es lo mismo que contemplar. Una
contemplación que requiere de pausa y de tiempo. Para cultivar la paz interior entrena el arte de la contemplación al observar con detenimiento un paisaje relajante. Siente cómo tú mismo formas parte de ese todo que te envuelve y te arropa con una energía creadora de tranquilidad.
Aprende a buscar por iniciativa propia esos espacios de relajante tranquilidad porque es una necesidad real tener un espacio para estar a solas con uno mismo para potenciar el diálogo interior en algunos momentos y para dejar la mente en blanco en otros dando espacio a un silencio que se opone al ruido mental (las preocupaciones, los miedos, la angustia, la inseguridad, las dudas y la lucha interior).
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