No pierdas de vista las cosas importantes. Es que suelen ser pequeñas, cotidianas, y justamente por pequeñas y cotidianas, terminas dándolas por sentado. Las aparentemente “grandes” cosas, esas que suelen ser complicadas y trabajosas, no son tan grandes como parecen. Pero se disfrazan de importantes. Estate presente en el aquí y en el ahora, disfrutando los pequeños hechos de tu vida. Conecta, primero y a fondo, con esas “esencias esenciales” que le dan sentido y verás que todo lo demás no era ni tan urgente ni tan importante como querían hacerte creer que era.
Gabriel Sandler