Cada uno tiene en su vida lecciones que aprender, faltas que reparar, no puede escapar a ello, y de una forma o de otra, debe «pagar»: pagar para aprender y pagar para reparar las faltas cometidas. Este pago forma parte de las leyes del karma, hay que aceptarlo. Por otra parte, aunque no lo aceptemos, esto no cambia nada, no podemos escapar a la justicia divina y tampoco podemos evitarla.
Esforzaos, pues, por comprender cómo funciona la justicia divina y confiad en ella. Es como si todas las faltas que habéis cometido se pusieran en un platillo de la balanza y todas vuestras buenas acciones en el otro platillo. Entonces, cuando llegue el momento de pagar por las transgresiones, todo lo que hayáis hecho de bueno intervendrá para que el pago sea menos pesado. Esta ley es válida en todos los dominios: los esfuerzos que hacéis para reforzaros, para purificaros, os permitirán siempre afrontar las pruebas en mejores condiciones.
Que esto quede, pues, bien claro: por un lado debéis saber que no podemos escapar a la justicia divina, y por otro, debéis ser siempre conscientes de que todo lo que hacéis de bueno se transforma en energías para ayudaros a triunfar de las pruebas.
Omraam Mikhaël Aïvanhov