Si es tan difícil encontrar la felicidad, es porque la esperamos. Esperamos encontrar el gran amor, esperamos encontrar el éxito, la fortuna, la gloria, y si no se presentan, nos sentimos desdichados. En realidad, la felicidad no es algo que pueda venir o no, así sin más, del exterior, sino un estado de conciencia que depende de una buena comprensión de las cosas. No debemos imaginarnos que hemos venido a la tierra para vivir en la facilidad, los placeres y la abundancia. Hemos venido a la tierra para aprender y perfeccionarnos. Pero, ¿cómo perfeccionarnos si no tenemos cada día nuevos problemas que resolver, nuevos obstáculos que superar? La tierra es una escuela y, como en todas las escuelas, sólo aquéllos que aprenden y progresan pueden sentirse felices.
Así pues, no esperéis que la felicidad venga del exterior bajo la forma de encuentros o de condiciones favorables. La felicidad real, definitiva, sólo puede venir de vosotros, de vuestra forma de considerar las cosas y de trabajar. Con un buen razonamiento, con una buena filosofía, podéis haceros dueños de vuestra felicidad. Y sobre todo no la esperéis sin hacer nada. Sois vosotros los que tenéis que actuar y aplicar los métodos que van a permitiros transformar las penas en alegrías y los fracasos en éxitos.
Omraam Mikhaël Aïvanhov