La mayoría de las personas tienen un buen corazón, de lo contrario, este mundo sería un auténtico caos al más puro estilo de Hobbes, pensador que afirmó que el hombre es un lobo para el hombre.
Sin embargo, y a pesar de las noticias negativas constantes que recibimos a través de los medios de comunicación, es muy saludable confiar en la bondad natural de las personas siguiendo los dictados de otro pensador tan conocido como Rousseau. Si te preguntas cómo saber de una persona recuerda que los hechos hablan más que las palabras.
Rasgos de bondad natural
Una persona de buen corazón es aquella que no hace daño a los demás de una forma consciente al cuchichear sobre su vida privada, expandir rumores falsos o criticar de forma despiadada a las espaldas del otro. Las buenas personas son aquellas que se comportan contigo de igual modo tanto si estás delante como si no lo estás.
Las personas buenas son aquellas que te hacen la vida agradable en los rasgos más sencillos. Por ejemplo, son personas agradables en el ámbito laboral. Aquellos trabajadores que te saludan con una sonrisa al verte en la oficina o que tienen una actitud de compañerismo en su día a día.
Una buena persona es aquella que es consciente de que todos los seres humanos cometen errores, por tanto, aprende a ver aquello que brilla en el otro antes que aquello que no reluce tanto. Las personas que se fijan en el lado positivo de los demás son mucho más felices que quienes se amargan viendo el lado pesimista de los demás.
Una buena persona es aquella que colabora de alguna forma con el bien común. Existen personas comprometidas que dedican parte de su tiempo libre para colaborar como voluntarios.
La bondad es la máxima expresión de belleza
La bondad es la máxima expresión de belleza interior. El bien puede darse en grados y en diferentes cantidades, pero incluso en su máxima expresión, es vital para la construcción de un mundo mejor.
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